Ahora sí: Andy Murray es el cuarto mosquetero

La victoria en los Juegos Olímpicos de Londres y su reciente triunfo en el US Open le metieron de lleno en el grupo de los cuatro grandes junto…

La victoria en los Juegos Olímpicos de Londres y su reciente triunfo en el US Open le metieron de lleno en el grupo de los cuatro grandes junto a Federer, Djokovic y Nadal.

Alivio. Andy Murray no estaba para las eufóricas celebraciones que se ven en los Grand Slams, esas de jugadores que se derrumban llorando en la cancha o brincan sobre las tribunas para abrazarse con un ser querido.

Murray se acababa de quitar un enorme peso de encima, amén de haber quedado fundido físicamente tras un partido al límite frente a Novak Djokovic.

La losa que cargaba era una larga espera de 76 años sin que un tenista varón británico ganase un título de Grand Slam. También los cuatro intentos fallidos previos en finales, que al amontonarse generaban una insoportable olla de presión.

Fue simple lo de Murray al conquistar el Abierto de Estados Unidos: soltó su raqueta, se cubrió la boca con las manos y al sentarse en su silla al costado se quitó las zapatillas mientras reflexionaba al fijar su mirada hacia el cielo.

“Es un momento en el que no estás triste”, contó Murray. “Estás increíblemente contento. Estaba algo incrédulo porque había estado tantas veces en esa circunstancias y sin poder ganar, lo cual te hace pensar si alguna vez se haría realidad”.

Tranquilidad
Este escocés de 25 años ya puede respirar tranquilo. Tras tantas vueltas, Murray se había graduado como campeón de Grand Slam con una dramática y emotiva victoria 7-6 (10), 7-5, 2-6, 3-6, 6-2 sobre Novak Djokovic, el serbio que defendía el título y rival suyo desde que tenían 11 años.

Todo este tiempo se hablaba de un grupo de cuatro grandes en el tenis masculino, formado por Roger Federer, Rafael Nadal y Djokovic y Murray.

Pero la falta del cetro en una de las cuatro grandes citas mantenía a Murray en una categoría inferior, pese a un palmarés con una medalla olímpica de oro conquistada este año y ocho títulos en torneos de la Serie Masters.

Lendl, la mejor decisión
Desde el inicio de la era abierta en 1968, solamente dos hombres habían perdido en sus cuatro primeras finales de Grand Slam. Murray perdió tres veces ante Federer y en una ante Djokovic.

El otro con un 0-4 fue Lendl. El fichaje de Lendl, concretado en enero pasado, provocó sus dudas.

Él no tenía experiencia como entrenador. “No hay duda alguna que me ayudó”, dijo Murray, quien aprendió ser más agresivo bajo la dirección de Lendl. “Estoy seguro que su ego se disparó un poco tras hacerlo en tan solo nueve meses”. 

La pregunta de siempre ¿Es británico o escocés? 

Aunque parezca absurdo esta es una realidad que Murray ha tenido que lidiar desde siempre, objeto de ironía. Se dice que cuando gana es británico y cuando pierde es escocés.

La página http://andymurrayometer.com se decida a calibrar lo “británico” de Murray y alcanzó un “pico histórico” de 99% tras su triunfo.

Él ha demostrado que no tiene complejos con sus orígenes. Se siente orgullosamente escocés, pero habla de “tenis británico”. 

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