Hace unos meses, un empresario me comentaba acerca de las medidas que había empezado a tomar ante la problemática que está atravesando el mundo y la República Dominicana. Una de ellas ha sido cambiar la costumbre de comprar vehículos de lujo por vehículos de uso común. “El último que tuve lo cambié a los seis meses por sentir, al pararme en una luz, que daba bofetadas a todos esos vehículos en deterioro que estaban a mi lado, y aún más a los transeúntes, sudados y cansados, en espera de en qué moverse.” Se habla permanentemente de buscar alternativas que permitan detener los altos niveles de delincuencia y criminalidad, los cuales vivimos. Reiterativamente, he sostenido que los males hay que combatirlos entre todos y, por tanto, el aporte debe ser también de todos. La medida tomada por este señor fue para mí un gran impacto, pero más aún lo fue, hace más de un año, la negativa de su esposa de aceptar un vehículo de mucho lujo. “Si lo compras, no me voy a montar. Hay muchos otros cómodos y seguros, en los cuales no llamaré la atención.”, le dijo. Es obvio que esta actitud provocó la decisión tomada por él de modificar la selección de los vehículos para su familia. Medidas como esta sirven de ayuda a la sociedad. Evitar el desafío y tratar de ser prudentes sirve de gran manera a nuestras autoridades, independientemente de las modificaciones que haya que hacerse en las instituciones encargadas de trabajar para la seguridad y el equilibrio de nuestra sociedad. Basta leer la prensa diaria para ver cómo en esta misma semana los niveles de violencia no han podido ser mayores, extendiéndose a diferentes ciudades del país. Nosotros, como ciudadanos, ante el esfuerzo que se está haciendo para frenar esta situación, debemos tomar algunas precauciones importantes. Sin pretender un estado de sitio, sino más bien en lo que a uno como ciudadano concierne, hagamos lo siguiente: Evitar el uso de celulares caminando por las calles, el uso de joyas llamativas, parquearnos lo más próximo al lugar donde vamos, siempre y cuando sea posible; no dejarnos desafiar ni provocar en lugares públicos por parqueos, turnos; y, de manera especial, tratar de ceder cada vez que tengamos la oportunidad de hacerlo.
Actitudes favorables
Hace unos meses, un empresario me comentaba acerca de las medidas que había empezado a tomar ante la problemática que está atravesando el mundo y la República Dominicana. Una de ellas ha sido cambiar la costumbre de comprar vehículos de lujo…