Chilpancingo (México), (EFE).- El emblemático balneario de Acapulco, en el Pacífico mexicano, enfrenta la peor crisis de imagen de su historia a causa de la violencia, admitió hoy la secretaria de Fomento Turístico del sureño estado de Guerrero, Graciela Báez.
El puerto de Acapulco, uno de los más antiguos destinos turísticos de México, «está viviendo la peor crisis de imagen de su historia», reconoció la funcionaria en una conferencia de prensa.
A su juicio, la inseguridad es el principal factor que ha afectado a la llegada de turistas, además de una infraestructura «desgastada» y un sistema de transporte colectivo deficiente.
La responsable turística, que tomó posesión de su cargo este lunes, dijo que para contrarrestar esa mala imagen,
Acapulco necesita «más que nunca» el apoyo del Gobierno federal. Báez se refirió a la intención de la Secretaría (ministerio) de Turismo de convertir en itinerante el Tianguis (Feria) Turístico que desde hace 35 años se celebra anualmente en ese puerto.
«Acapulco no necesita que le quiten eventos», dijo la funcionaria, quien también informó de que, según sus primeros datos, se está registrando un descenso en la llegada de turistas nacionales y extranjeros.
El principal objetivo de la nueva administración estatal es el mercado norteamericano y, también se centrarán en identificar los nichos de mercado. En los últimos días el balneario de Acapulco se ha visto sumergido en hechos violentos por el control de la zona que pretenden varios carteles de la droga.
El lunes pasado un grupo del crimen organizado se enfrentó con fuerzas federales y estatales, utilizando granadas y ocasionando incendio en varios centros comerciales. La violencia en Acapulco ha alejado a los turistas, principalmente extranjeros.
Este año se redujo drásticamente la llegada de «springbreakers», jóvenes veraneantes estadounidenses, a este destino de playa.
