Explicación

1.- El próximo domingo 5 de julio del año en curso 2020, las ciudadanas y los ciudadanos del  país, están convocados para ir a las urnas para escoger al presidente de la república  y a los miembros al Congreso Nacional. En este escrito me voy a referir a mi apreciación respecto a lo pobre de la campaña electoral y la ausencia de propuestas renovadoras de parte de los partidos que participan en la contienda con posibilidades de éxitos. 

I.- Una campaña electoral pobre

2.- Una campaña electoral, se supone, tiene como órganos de expresión a los partidos y organizaciones políticas, así como a los aspirantes que han de hacer las propuestas. Los procesos deben servir para llevar a cabo acciones en grande, públicas y de masas, como respuestas a problemas fundamentales de la sociedad.

3.- En los marcos de la democracia representativa vigente en la República Dominicana, los procesos electorales  resultan vacíos porque están ausentes  de contenido político y social. La mayoría de los  candidatos propuestos a cargos electivos son escogidos, no por sus méritos morales, éticos, cívicos y ciudadanos, sino por cuestiones relacionadas con su persona y hasta por su patrimonio económico.

 4.- La campaña que ha concluido y procura que las masas populares acudan a las urnas, no dejó ningún entusiasmo; se mantuvo sin causar exaltación y no se comprobó vehemencia por ningún candidato. Los ciudadanos y las ciudadanas comprobaron que el escenario electoral fue insustancial, completamente disgustoso.

5.- Lo que se presentó como un  certamen electoral para motivar a los que desean ir a las urnas, concluyó como si nada, porque el pueblo percibió como un circo, lo que estaba llamado a ser un ambiente de propuestas, partiendo de las tantas necesidades que padece la nación. 

6.- Los pronunciamientos de los políticos en medio de esta  campaña  han sido de cháchara, puros paliques y acusaciones propias de comadreo. Han salido a relucir cuestiones personales, pero nada de ideas  y opiniones que puedan poner a electores y  a electoras en condiciones de saber que la causa de miseria, corrupción, criminalidad, violencia, desigualdad y opresión social descansan en el sistema injusto que impera en el país.

II.- Partidos políticos sin mensajes renovadores

 7.- El próximo domingo, las personas identificadas con el progreso social van a tener un conflicto ideológico al momento de decidirse por sufragar, si lo hacen  por unos de los candidatos de los partidos tradicionales, porque ellos no se han manifestado por el avance, sino por el atraso.

8.- Sería una negación a su pensamiento democrático, quien favorece con su voto a un aspirante a la presidencia que en sus discursos de campaña no tocó al sistema ni con el pétalo de una rosa.

9.- Los candidatos a la presidencia, lo que han exhibido con sus discursos es para poner en conserva; hacer durar y mantener salvado el statu quo. El tradicionalismo ha encontrado un respiro para salvarse en la campaña electoral.

10.- Lo que se ha escuchado salir de las gargantas  de los candidatos tradicionales, es todo lo contrario a lo que significa alteración, reemplazar y transformar. Lo que se persigue es que el sistema permanezca, que sea duradero. Los ciudadanos y las ciudadanas en esta campaña no han escuchado de los políticos tradicionales decir que están contra el modelo predominante causante de pobreza, mendicidad y penurias de todo tipo. 

11.- Los partidos que aquí representan el statu quo no han comprendido el viraje, ni han llegado a calibrar el significado de las crisis que nos golpean y que van desde lo económico hasta lo sanitario. 

12.- En  la fase que actualmente atraviesa la sociedad dominicana, tanto en el orden económico y social, como político, es más necesaria que nunca la existencia de partidos que comprendan la necesidad de la renovación de la añeja base económica que  sustenta el decadente sistema.

13.- Los candidatos de los partidos que aspiran a que todo siga igual, para que solo cambie la nómina con cargo al presupuesto nacional, han dejado al electorado sin motivación; huérfano de atractivos para  votar. El electorado dominicano ha quedado desmotivado para sufragar por los candidatos de los partidos tradicionales.

14.- En lugar de tratar de afrontar las dificultades de fondo y combatirlas con ideas y programas de cambios estructurales para imprimir una nueva dirección al país, los partidos del sistema se aferran a que todo siga como hasta ahora.

15.- Un partido político cualquiera  que accione  en el país, partiendo del estado de opresión material y espiritual que sufre nuestro pueblo, tiene la posibilidad de pronunciarse, aunque sea en forma fingida, contra la notoria desigualdad y las injusticias que caen sobre la mayor parte de la comunidad dominicana.

 16.- Se ha puesto de manifiesto  la indigencia de los partidos del sistema, los cuales han enseñado su incapacidad para articular programas que recojan la realidad nacional. Los dimes y diretes entre los políticos solo han servido para  comprobar que  la crisis estructural que arrastra el caduco orden  social, se extiende al cerebro de muchos de los políticos.

17.- Las organizaciones políticas del sistema, presentes en la actual contienda electoral, revelan que no están en condiciones de ejecutar los cambios que necesita el país en el orden económico, social institucional, ético y moral.

18.- El ambiente electoral dominicano ha servido para que los partidos tradicionales, y sus candidatos, santifiquen el ordenamiento económico y social que hace posible que las grandes mayorías nacionales sigan padeciendo la más espantosa miseria.  Se ha santificado el orden social del pasado y con él a todas las lacras que lo acompañan.

19.- En el curso de la campaña electoral finalizada ayer, hizo falta en los candidatos a la presidencia, vocación democrática para decirles al pueblo lo que merece y quiere oír con relación a los problemas que lo afectan. No existió afán alguno para llevar a las masas hambrientas a qué se debe su falta de comida y qué motiva su imposibilidad de satisfacer sus necesidades. No se sintió pasión para llevarle al electorado información de que sus padecimientos seguirán si se mantiene el mismo orden social.

20.- El mensaje que han mandado al electorado los partidos tradicionales con su proceder,  es de que, al parecer, el  pueblo dominicano se siente a gusto, muy satisfecho con el  sistema que lo condena a  la  pobreza y posibilita corrupción, criminalidad, desigualdad y todas las taras que constituyen una afrenta. 

21.- Los aspirantes a la presidencia del país han hablado mucho de los defectos personales de sus adversarios, pero no han  hecho mención de que el caldo de cultivo, la causa de los males sociales de todo tipo que  sufre el pueblo, hay que buscarla en su fuente original, el sistema social injusto que es incapaz de hacer feliz al ser humano.  

 

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