Las enfermedades crónicas afectan a una de cada tres personas de entre 16 y 64 años en Europa; sin embargo, la falta de inclusión sigue siendo uno de los principales motivos de preocupación.

Así, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y la Malta Health Network (MNH) han elaborado la Guía ‘La gestión de personas con enfermedad crónica en el entorno laboral’.

El objetivo es visibilizar la situación de las personas que viven con una enfermedad crónica y contribuir así a su plena inclusión, tanto a nivel laboral como social.

Propósitos de la guía

Entre los propósitos sobre los que informa la guía, dirigida a empresas y empleadores, se encuentran:

  • El impacto que producen las enfermedades crónicas en el ámbito laboral.
  • Las necesidades de las personas con enfermedades crónicas para lograr su integración en los equipos de trabajo.
  • El impacto emocional y social que producen los cambios en el entorno laboral como consecuencia de las enfermedades crónicas.
  • Las herramientas necesarias para adoptar y flexibilizar las condiciones y puntos de trabajo a las necesidades particulares de las personas con condiciones crónicas.

Impacto emocional

Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades crónicas son “aquellas que presentan una larga duración (más de seis meses) y una progresión lenta, no se transmiten de persona a persona y son consideradas, por lo tanto, como no transmisibles”.

De esta manera, si la sociedad y los distintos sistemas no acompañan suficientemente a las personas que tienen que vivir en situación de cronicidad toda su vida, el impacto acabará perjudicando las esferas vitales.

Esta situación afecta al estado emocional de las personas que conviven con ella y se manifiesta fundamentalmente en forma de frustraciónpreocupaciónansiedad y culpa.

Adaptar el entorno laboral

A pesar de que la mayoría de los pacientes de enfermedades crónicas pueden y desean acceder al mercado laboral, es una realidad que el desempleo o el despido afectan más a estas personas, según Carina Escobar.

“Desarrollarse en el ámbito laboral es una vía para alcanzar una mayor calidad de vida, ya que sentirse activo y productivo tiene beneficios sobre la salud física y mental. La Administración, empresas, empleadores y trabajadores deben buscar la mejor forma de que la persona con enfermedad crónica pueda desarrollar su talento en beneficio de todos”, añade.

De esta manera, es necesario que la sociedad, empresas, empleadores y trabajadores aúnen esfuerzos para incorporar acciones específicas que protejan a las personas que tienen una enfermedad crónica.

Y es que, tal y como apuntan ambas organizaciones, abordar las enfermedades crónicas en el lugar de trabajo y fomentar la inclusión, conducirá a un crecimiento económico más fuerte, un empleo más rentable, una menor dependencia de las prestaciones estatales, menos demandas en los sistemas de salud y mayor productividad.

En esta misma línea, sostienen que ya se han diseñado diferentes recursos y herramientas dirigidas a las empresas y responsables de los centros de trabajo.

“Fundamentales para garantizar que las personas que presentan condiciones crónicas de salud puedan mantener su empleo en igualdad de condiciones o acceso a nuevos puestos en entornos libres de obstáculos que pudieran propiciar el abandono o pérdida del empleo”, afirman.

Importancia de las asociaciones de pacientes

Desde la POP y la MNH subrayan la importancia de las organizaciones de pacientes en el acompañamiento a las personas con alguna enfermedad desde el diagnóstico y en todo su proceso de vida.

Además, desarrollan acciones que favorecen a que los pacientes puedan contar con una buena calidad de vida, como informar y sensibilizar, asesorar, aportar atención social y psicológica, terapias, entre otras.

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