Santiago. En una carpa improvisada, parada sobre palos y con una lona encima, se ofrecen las misas en la comunidad de Hatillo San Lorenzo, en el distrito municipal La Canela en Santiago.

Con los daños de grietas sufridos por la parroquia Corazón Inmaculado de María y que se registran desde hace tres años, el sacerdote Quirino Collado decidió emprender la construcción de un nuevo local, pero la falta de recursos económicos han impedido concretarlo. Las grietas en el viejo templo, al parecer se deben a que fue levantada sin una buena zapata.

“La edificación con que contábamos tiene grietas y por eso decidimos embarcarnos en construir una nueva iglesia, pero nos hacen falta recursos. La comunidad ha hecho sus aportes, pero se lleva mucho dinero el construir un nuevo templo”, apuntó el religioso.

El padre Collado hace un llamado a los funcionarios del Gobierno que estén en disposición de colaborar, para que la comunidad de Hatillo San Lorenzo pueda celebrar su fe cada domingo. “Decidimos dar la misa debajo de estos seis palos de roble, para celebrar la fe. Comenzamos en el club, pero no es muy favorable y entonces nos pusimos y construimos esta rancheta para poder congregarnos como familia cristiana”, indicó el sacerdote.

En tanto que los moradores de la comunidad denuncian que cuando llueve no pueden congregarse y acudir a los oficios religiosos. También esperan por la mano amiga de los funcionarios o de empresarios que estén dispuestos a colaborar con esta causa.

Otro de los problemas que enfrentan es el polvo que penetra mientras el cura católico celebra la misa. Los habitantes de Hatillo San Lorenzo dicen sentirse olvidados por quienes deben velar por mejores condiciones de vida. Piden además buscar solución a los problemas constantes que se generan por la carencia de agua potable, así como otros males que afectan a esta laboriosa comunidad de la parte suroeste de Santiago.

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