Es un hecho: carne bovina procedente de República Dominicana entró a Estados Unidos. La cantidad exportada no fue demasiado grande (40 mil libras), si se le mira desde el punto de vista comercial para una nación como la estadounidense.

Sin embargo, para los productores dominicanos y para el propio país reviste de elevada importancia que las puertas al mercado del principal socio comercial estén abiertas. Pasaron más de cuatro décadas antes de que ocurriera, y a eso se suma las innumerables gestiones que se realizaron –a través de distintos gobiernos- para evitar una veda que representó pérdidas o la imposibilidad de captar miles de millones de dólares por concepto venta de carne a la receptora nación norteamericana.

Hace casi nueve meses se había informado que República Dominicana sería elegible para exportar productos de carne de res cruda intacta y derivados de ganado sacrificado a partir del 29 de abril de 2022 a los Estados Unidos.

El Servicio de Inocuidad e Inspección de Alimentos (FSIS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) completó su revisión del sistema de inspección documentado de la República Dominicana para productos de carne de res cruda intacta, según consta en un documento remitido para entonces al doctor Jaime Rafael Santoni Hernández, jefe de los Servicios Veterinarios de la Dirección General de Medicamentos, Alimentos y Productos Sanitarios (Digemaps), del Ministerio de Salud Pública.

“Las respuestas y la documentación y una auditoría en el país realizada del 13 al 23 de septiembre de 2021 respaldan que el sistema de inspección de productos de carne de res cruda intacta de la República Dominicana es equivalente”, dice el documento, según la traducción realizada del idioma inglés, en que está escrito.

Este martes, Eric Rivero, presidente de Aproleche y asesor del Poder Ejecutivo en materia agropecuaria, ofreció la información sobre la exportación que se realizó, que es de carne industrial para hamburguesa.

Cada envío de productos cárnicos (res) importados por los Estados Unidos debe tener un certificado de inspección extranjero emitido por un funcionario de Digemaps/Departamento de Alimentos.

El certificado de inspección extranjera debe acompañar a cada envío; presentarse al personal de inspección de importaciones en el establecimiento oficial de inspección de importaciones del FSIS; estar escrito en inglés; y llevar el sello oficial del gobierno de la República Dominicana responsable de la inspección del producto cárnico (res), así como el nombre, cargo y firma del funcionario autorizado para emitir los certificados de inspección.

Prohibiciones de EE.UU para carnes, frutas y vegetales de RD han sido largo dolor

Cuándo una nación como Estados Unidos prohíbe la importación de algún producto, sacudirse y recuperarse de esa medida no es tarea fácil. Y los dominicanos lo saben, no solo desde ahora, sino desde décadas atrás, porque han sufrido las consecuencias terribles de eso.

Lo saben por ejemplo, quienes recuerdan la disposición de la Administración Federal de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, cuando por disposición suya en 1989 República Dominicana dejó de percibir en divisas unos US$18.0 millones, al impedírsele comercializar con los norteamericanos varios rubros agrícolas.

Entre esos rubros estuvo el repollo, con presencia de pesticidas, prohibidos en suelo estadounidense.

Para entonces, no era raro que eso ocurriera, los pesticidas históricamente motivaron disgustos de compradores internacionales, especialmente porque chocaban con los niveles permitidos en el exterior. El país ha avanzado bastante y sigue transitando cada vez por mejor sendero.

La prohibición de 1986 no debió sorprender al gobierno de entonces, porque de acuerdo a reportes periodísticos de la época, Estados Unidos había advertido por cuatro años a la Secretaría de Agricultura (así se denominaba en ese tiempo; actualmente es ministerio) sobre lo que venía ocurriendo, sin lograr que nadie pusiera el freno a los químicos usados en los cultivos.

Pero República Dominicana tuvo adversidades en el pasado con el mercado internacional no solo en el tema agrícola por el uso de pesticidas. Al país le llegaron problemas en la parte animal o cárnica, que muchos años después todavía le pesan.

La disposición de Estados Unidos a permitir que su territorio importe carne dominicana es un enorme paso de avance.

“Estamos a punto de enviar carne al exterior. Es muy probable que en poco tiempo exportemos carne a Estados Unidos (…)”, fueron algunas de las expresiones repetidas por casi todos los secretarios de Agricultura (actualmente el cargo es de ministro) que antes de 2020 tuvo República Dominicana desde la década de los 90, cuando entró en vigencia la prohibición impuesta por el gobierno estadounidense a las carnes de este territorio.

La causa de la veda fue el incumplimiento dominicano con la certificación de análisis de laboratorio a la carne para exportación, en lo referente a los controles de residuos. Pero no fue la primera vez que la importación se prohibió desde EE.UU. En 1981 se había colocado un impedimento similar, causando pérdidas al país por unos 350 millones de pesos, según reportes periodísticos de ese tiempo.

Las prohibiciones a las importaciones y posterior levantamiento de esas prohibiciones, en algunos casos, han sido una constante de Estados Unidos frente a República Dominicana.

Por ejemplo, en junio de 1992 el Departamento de Agricultura norteamericano abrió las puertas a la entrada de carne de res.

En abril de 1998 le quitó el “candado” que le tenía puesto desde 1972 a la carne de pollo dominicana, pero luego, en mayo de ese mismo año la embajada americana en República Dominicana advirtió que “aunque es positivo el esfuerzo realizado por las autoridades agropecuarias del país, en procura de erradicar el cólera porcino, la suspensión de cárnicos derivados del cerdo hacia Norteamérica se mantendríapor tiempo indefinido”.

El motivo que tuvo EE.UU para prohibir la entrada de carne de cerdo y sus derivados (cosa que también hizo Puerto Rico) fue por una alegada presencia de cólera porcina en la frontera dominicana con Haití.

Sin embargo, instituciones como la Junta Agroempresarial Dominicana alegaron que la razón real del gobierno estadounidense era proteger a los granjeros suyos.

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