Juan Luis Rodríguez observaba con preocupación como un fuerte incendio consumía por completo su primera tienda de ventas de bicicletas Aro y Pedal establecida en 1988 en la avenida 27 de Febrero, entre las calles Federico Henríquez y Carvajal, del sector Don Bosco.
El siniestro, que dejó pérdidas millonarias, inició pasada las dos de la tarde, sin que se reportaran víctimas. Para sofocar el incendio fue necesario utilizar 15 unidades y unas 80 personas del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional.

“Nunca he vivido esta situación, es la primera vez que esto me sucede. Que Dios nos ayude con todo esto”, expresó Rodríguez, quien por muchos años fuera también presidente de la Federación Dominicana de Ciclismo (Fedoci).

Entre los escombros, se visualizaba un lote de bicicletas de carbono, que Rodríguez había importado para la venta debido a su demanda en el mercado.

Al lugar del hecho se presentó el general José Luis Frómeta Herasme, jefe del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, así como miembros de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim), de la Policía Nacional, Defensa Civil y efectivos de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre.

“El incendio se pudo controlar para la remoción de los escombros dentro de la estructura y dar paso con la fase de investigación de qué produjo este siniestro. El departamento técnico que tiene a su cargo este proceso se encuentra en el lugar de los hechos”, dijo Frómeta Herasme.

Manifestó que la parte superior del local donde estaba la mayoría de la mercancía, entre estas bicicletas y gomas, se incendió por completo. También se redujo a cenizas un área donde se encontraba un tanque con gasoil, así como otra que contenía baterías de litios, provocando fuertes explosiones y a la vez causando pánico entre los que allí se encontraban.

En los alrededores de la tienda de Aro y Pedal se encuentra ubicado el Centro Médico Otorrinolaringología, así como el elevado de la 27 de Febrero, cuya humareda impedía por momentos la visión de los que por allí transitaban.

La tienda, que cuenta con varias sucursales en distintos puntos del país, se especializa en la venta de bicicletas, velocípedos y repuestos para esas monturas. Recientemente fue remodelada y recubierta con nuevas planchas de metal exterior.

“Justo hace unas semanas muchos pudieron apreciar nuestra nueva fachada. Un Aro y Pedal remodelado. Los trabajos de remodelación se terminaron el 20 de abril de este año y hoy mira como está. Cómo una inversión de meses y años de trabajo está destruida en unas horas”, dijo Paloma Rodríguez, hija del propietario y quien labora en ese local.

Las gomas de las bicicletas daban vida al fuego, mientras nuevas unidades de emergencia llegaban al lugar para enfrentar el fuego.

Juan Luis Rodríguez, propietario de Aro y Pedal conversa con la prensa.

Empleados salvaron lo que se pudo

Antes de que el fuego se propagara hasta otras áreas de la tienda Aro y Pedal, varios empleados lograron sacar varias bicicletas y velocípedos hasta trasladarlo a un negocio próximo. “Fue poco lo que se pudo sacar debido a lo intenso del fuego. No queríamos exponer nuestras vidas. Gracias a Dios que no hubo vidas que lamentar”, dijo uno de los empleados.

Varios bomberos tuvieron que consumir agua y leche como medida preventiva ante los esfuerzos para controlar a plenitud el incendio, que causó pánico entre los diferentes tipos de negocios que en su alrededor hay, así como varias dependencias gubernamentales y el Palacio de la Policía Nacional.

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