En la ceremonia de inauguración de la 8va Exposición Comercial de la República Popular China, en República Dominicana, el embajador de ese país, Señor Zhang Run, abordó los avances experimentados por las relaciones bilaterales, especialmente las comerciales.

Con satisfacción enumeró la creciente presencia de empresas  dominicanas en exposiciones organizadas en China y viceversa, todo lo cual certifica que el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, el 1 de mayo del 2018, fue un acierto en pro de la cooperación, la colaboración y la prosperidad de ambas naciones.

Lamentablemente, en ese mismo discurso cargado de buenos augurios para el futuro, donde el embajador Run subrayó que “China no solo busca en el mundo socios comerciales, sino también amigos”, se vio obligado a refutar insidiosas campañas de prensa que intentan enfriar la marcha de las relaciones bilaterales con alertas falsas acerca del uso de tecnología de punta china para el control facial y de las placas vehiculares. Como bien señaló el sr Embajador, estas   tecnologías de punta son ampliamente usadas en los Estados Unidos por sus autoridades aduanales y policiales. Algo similar ocurrió con tecnología china para el enfrentamiento de emergencias y catástrofes, solicitada por las autoridades dominicanas para la actualización de la plataforma 911.

Como consecuencia de estas campañas deshonestas, algunos medios de prensa dominicanos se hicieron eco de la absurda acusación de que “…los equipos informáticos chinos tienen puerta trasera y conducen a la fuga de datos”.

El origen de tales infundios, como ha señalado la embajada china en declaraciones del 16 de noviembre, puede hallarse en la campaña que, a través de Twitter, lleva a cabo el senador Marco Rubio, uno de los más recalcitrantes enemigos de las causas populares en América Latina y el Caribe, ampliamente repudiado en su propio país por los sobornos recibidos de la National Rifle Asociation NRA) y su defensa de la tenencia de armas sin control, causa de tantas muertes en ese país. También por su odio visceral contra los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y México.

La condena del gobierno chino ante las calumnias imperiales de Rubio, se concentran en desenmascarar los motivos de su actitud, los cuales definen como “ la de ciertas personas que en Estados Unidos usan el camuflaje de la seguridad o los valores para cubrirse, aunque no puedan ocultar sus reales intenciones de obtener beneficios económicos y comerciales mediante la satanización de China”

Y de eso se trata, de hacer dinero, no importa mediante qué vileza sea. Para uno de los más retrógrados, corruptos y poco letrados representantes del sistema político norteamericano, el comercio de República Dominicana con China quita oportunidades a las empresas norteamericanas, fuente segura de coimas y sobornos a voceros de esta laya, y tampoco importa si estas andan retrasadas con respecto al impetuoso e indetenible crecimiento tecnológico chino.  Recordemos que el predominio mundial y absoluto de la firma Huawei en el desarrollo de la tecnología 5G, ha provocado también su persecución por parte de Estados Unidos bajo falsos pretextos de defender la seguridad nacional.

La República Popular China tiene establecidos, desde hace mucho, los cinco principios de su política exterior los que excluyen y refutan, sin duda alguna, las calumnias de lobistas como Marco Rubio. Ellos son:

  • Respeto por la integridad y la integridad territorial.
  • No agresión mutua
  • No interferencia en los asuntos internos de otros países.
  • Igualdad y beneficio mutuo.
  • Coexistencia pacífica.

El estricto cumplimiento de estos principios, como ha sido demostrado reiteradamente por China en sus relaciones exteriores, excluye toda posibilidad de que utilice sus productos y el comercio para vulnerarlos. ¿Podría el partido y el gobierno que Marco Rubio representa, mostrar el cumplimiento, a escala mundial, de estos principios, incluso, en sus relaciones históricas con República Dominicana?

Un antiguo proverbio chino dice que la mentira tiene pies cortos. Marcos Rubio lo ha demostrado. Tanto el pueblo dominicano como el chino han identificado al enemigo de su amistad. No queda más que apartarlo.

 

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