Moscú/Leópolis. Ucrania y Rusia han abierto una carrera contrarreloj entre la llegada de los misiles y tanques occidentales al frente y el inicio de la ofensiva general rusa, que tendría como objetivo prioritario la conquista de todo el Donbás.

“Estados Unidos y sus aliados intentan alargar lo más posible el conflicto. Para ello, han procedido al suministro de armamento pesado ofensivo y llaman abiertamente a Ucrania a tomar nuestros territorios”, aseguró Serguéi Shoigú, ministro de Defensa ruso, durante una reunión con la plana mayor de su cartera.

El primer aniversario del inicio de la campaña militar rusa en Ucrania se acerca (24 de febrero) y Kiev cruza los dedos para que la prometida asistencia militar aliada no se retrase en demasía.

Al respecto, la prensa alemana le dio una alegría a Kiev al informar de que Berlín ha aprobado el envío de 187 tanques Leopard 1, aunque estos no llegarán a su destino hasta la segunda mitad de este año.

Shoigú no dio pistas sobre un posible zafarrancho de combate. Simplemente advirtió de que el despliegue de armamento pesado ofensivo en territorio ucraniano “implica” cada vez más a los países de la OTAN en el conflicto.

Destacó también que el ejército ruso “continúa destruyendo todo el armamento y los equipos” enviados a Kiev, lo que incluiría las rutas de suministro y sus posiciones en el campo de batalla.

La frontera

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, respondió anunciando que destinará a “funcionarios con experiencia militar” a varias regiones fronterizas y en la primera línea del frente con Rusia. “En una serie de regiones estamos nombrando funcionarios con experiencia militar. Aquellos que puedan demostrar su valía de la manera más efectiva posible en la defensa ante las actuales amenazas”.

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