Washington. Pese a que parece claro que el juicio político a Donald Trump no se completará antes del fin de su mandato, el 20 de enero, el Senado, que pronto controlarán los demócratas, tiene en su mano bloquear sus ambiciones políticas para 2024 y privarle de la pensión vitalicia y los otros beneficios a los que tienen derecho los expresidentes.

El miércoles la Cámara de Representantes aprobó abrir un segundo e histórico proceso de ‘impeachment’ en el Senado contra Trump por “incitación a la insurrección”, algo que según el líder saliente de la Cámara Alta, el republicano Mitch McConnell, no ocurrirá hasta al menos el día antes de que el actual mandatario abandone la Casa Blanca.

Diez congresistas republicanos se sumaron a la resolución del jueves y McConnell no ha mostrado su oposición a que Trump sea declarado culpable de la acusación preparada por los demócratas, incluso después de abandonar su puesto, algo que permite la Constitución en caso de expresidentes.

Fuera de la carrera en 2024

Aunque Trump complete su mandato, si el juicio político obtiene el apoyo de dos tercios del Senado, incluso con Joe Biden instalado en la Casa Blanca, el mandatario republicano sería acusado formalmente de “altos crímenes” y se abriría la puerta a privarle posteriormente de casi todos los beneficios de ser expresidente y asegurarse que no vuelve a optar a un puesto político de por vida.

El proceso no es sencillo. Tras aprobar el “impeachment” con los votos de dos tercios del Senado, ambas cámaras del Congreso deben votar a favor de expulsarle de la Presidencia y de nuevo una supermayoría en la Cámara Alta es necesaria para tomar este paso sin precedentes.

Otra votación adicional, esta vez por mayoría simple, sería necesaria para excluir a Trump de optar a cualquier cargo político, algo que piden los demócratas y que para los republicanos sería garantía de no tener que lidiar con Trump en un proceso de primarias de cara a las elecciones de 2024. La semana próxima podrían jurar su cargo los dos senadores demócratas de Georgia que han acabado con el dominio republicano de la cámara y puesto a 50 demócratas frente a 50 republicanos, aunque bajo control procedimental de un líder demócrata.

Sin pensión vitalicia

Si el “impeachment” y la expulsión de la Presidencia fueran aprobadas por el Senado, Trump perdería también su pensión vitalicia a la que tienen derechos los expresidentes y que en su caso superaría los 200,000 dólares anuales.La prohibición de que reciba fondos estatales se haría extensible a la dotación a los expresidentes para viajes y para mantener una oficina y asistentes que apoyen su papel simbólico de asesor, ajeno a las refriegas políticas del día a día, que realizan los exmandatarios.

Esa bolsa de gastos reembolsables es de hasta un millón de dólares, con fondos adicionales para la ex primera dama Melania Trump.

Trump seguiría manteniendo la protección vitalicia del Servicio Secreto, otras de las prerrogativas de haber sido el jefe del Estado, regulada por una ley de 2013.

Y tendría la posibilidad de recurrir estos pasos sin precedentes del Legislativo y desafiarlos ante la Justicia y el Tribunal Supremo.
Si finalmente se le privara de todos esos beneficios y derechos, Trump dejaría como legado una derrota aún más dolorosa que la electoral en manos de sus colegas republicanos del Legislativo y, si llegaran a ese punto, en las de los magistrados conservadores del Supremo, pese a que hubo un tiempo en que fueron símbolos de sus grandes conquistas políticas.

El Ejército

A días antes de abandonar la Casa Blanca, Trump, dirigió ayer un mensaje a las tropas estadounidenses, al asegurar que “ha sido un honor” reconstruir al Ejército y presumir que durante su gestión destinó 2,5 billones de dólares al Pentágono.

“Ha sido un honor reconstruir nuestro Ejército y apoyar a nuestros valientes hombres y mujeres en uniforme”, señaló Trump en un comunicado difundido por la Casa Blanca. El mandatario, cuyas cuentas en las diferentes redes sociales han sido suspendidas, enfatizó que la millonaria inversión de su Gobierno en el Ejército incluyó “hermosos equipos nuevos, todos fabricados en Estados Unidos”.

“Siempre estaré comprometido a detener las guerras interminables”, agregó Trump en alusión a la estrategia de su Administración de reducir la presencia militar estadounidense en el exterior.

Entre los logros en ese sentido mencionó, por ejemplo, que “las tropas militares de Estados Unidos en Afganistán están en el nivel más bajo de los últimos 19 años”.

La atención se enfoca en el Senado

Tras la aprobación de un segundo juicio político contra el presidente de EE.UU., toda la atención se centra en el Senado, donde parece descartado que el proceso de destitución continúe antes de la investidura de Joe Biden. De momento, la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ni siquiera ha enviado los artículos del juicio político al Senado, un paso necesario para que el proceso prosiga en la Cámara Alta.

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