Eduardo Bolsonaro está convencido de que si su país desarrollara tecnologías nucleares, sería temido y tomado en serio por Venezuela, Rusia y China.
En una exposición ante alumnos de la Escuela Superior de Guerra, en el Congreso de Brasil, el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, destacó la importancia de desarrollar armas nucleares y aseguró que si su país tuviese un «poder bélico mayor», sería más respetado a nivel internacional, publicaron medios locales.

«Es como dice el presidente (Donald) Trump: ‘Un gran gobierno comienza con grandes Fuerzas Armadas’. Si contásemos con los cazas Gripen, el Prosub (Programa de Desarrollo de Submarinos) ya finalizado, con submarinos nucleares que tienen autonomía mucho mayor, si tuviésemos un poder bélico mayor, tal vez seríamos tomados más en serio por (Nicolás) Maduro y temidos, quién sabe, por Rusia y China», expresó durante su presentación de este martes 14 de mayo.

 En el mismo sentido se preguntó por qué «todo el mundo respeta a EE.UU.» y explicó que «es el único país que tiene condiciones para abrir dos frentes militares, dos guerras en cualquier lugar del mundo». «El terrorista, el criminal, el dictador sanguinario, solo respeta una cosa: la fuerza», reflexionó.

¿Instrumento para la paz?

Al justificar su deseo de que Brasil desarrolle armas nucleares, Eduardo Bolsonaro señaló que ese tipo de bombas son, por ejemplo, las que «garantizan la paz en Pakistán». «¿Cómo sería la relación entre Pakistán e India si solo uno de los dos tuviese bombas nucleares? ¿Sería de la misma manera que hoy? Claro que no», manifestó.

Más allá de sus deseos, Brasil firmó durante la presidencia de Fernando Enrique Cardoso (1995-2003) el Tratado de No Proliferación Nuclear, por lo que su incumplimiento traería aparejadas una serie de sanciones para el país.

«Es un tema muy complicado, pero creo que un día puede volver a ser debatido» en el Congreso, comentó el legislador, quien aseguró que lo acusarán de ser «agresivo».

Por eso, dijo, lo «políticamente correcto» es no hablar de ciertas cosas. «Tengo que decir que todo está bien, que nunca entraremos en guerra, que pueden quedarse tranquilos. Es una ironía, porque del otro lado de la frontera hay un loco asociado con terroristas y el narcotráfico. Sabemos que en cualquier momento, si eso evoluciona hacia un escenario peor,cosa que nadie desea, quienes van a entrar en acción son los señores (los militares)», concluyó.

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