En el renglón “carnes y derivados de cerdo”, las importaciones han tenido un crecimiento constante desde el año 2014, pero los picos más pronunciados se han dado a partir de 2020. Esto ocurre a pesar de que el país cuenta con una industria porcina muy desarrollada.

Una mirada a los números oficiales aporta una idea más amplia sobre lo que ha estado ocurriendo. En 2014 República Dominicana importó un volumen de 13,462.23 toneladas métricas de carne de cerdo y derivados y en 2015 se elevó a 20,849.08 toneladas métricas. Para el siguiente año, la cantidad importada fue de 21,560.55 toneladas métricas y en 2017 se introdujo al país el equivalente a 28,937.89 toneladas métricas.

De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Agricultura, sustentadas a su vez cifras de la Dirección General de Aduanas (DGA), en 2018 República Dominicana importó un volumen de 37,464.85 toneladas métricas y en 2019 la cantidad fue de 31,263.98 toneladas métricas.

Entre los años 2020 y el cierre de 2022 el total de carne y derivados de cerdo importados fue de 176,765.18 toneladas métricas. Vistos de forma particular los números, en 2020 la cantidad importada fue de 36,619.68 toneladas métricas, en 2021 se elevó a 53,476.72 y a diciembre de 2022 se colocó en 86,668.78 toneladas métricas y un valor para ese año de 228 millones 703,952.11 de dólares.

Consultado sobre el tema, el economista agrícola Winston Marte asegura: “Dos razones fundamentales han contribuido al significativo incremento de las importaciones”. Y uno de ellos, según el profesional, fue la entrada de la peste porcina africana a mediados del año 2021.

La PPA es una enfermedad viral que causa la muerte de los cerdos en un período corto. Otro factor que ha influido –dice Marte- es la eliminación del pago de aranceles a la importación de carne de cerdo procedente de los Estados Unidos, bajo el Tratado de Libre Comercio con esa nación y Centroamérica (DR-Cafta). “La entrada de la PPA ha sido terrible y desastrosa para el subsector porcino dominicano (…)”, agrega.

Desde su punto de vista, todo eso resulta en una drástica caída del nivel de autosuficiencia productiva de esta importante fuente de proteína animal, que es la carne de cerdo, pasando de 65 % en 2019 a 30.3 % el año pasado. Para el subsector productivo ha provocado pérdidas económicas importantes y centenares de empleos para República Dominicana.

En una ampliación en el abordaje del tema, Winston Marte plantea que “otro aspecto que ha traído incertidumbre al subsector es el anuncio de probar en cerdos, unos biológicos, procedentes de Vietnam que su uso no ha sido aprobado por la Organización Mundial de Salud Animal. Probar biológicos aumenta el riesgo de introducir nuevas cepas de PPA al país”, advierte.

Según su óptica, la entrada de la PPA y sus negativas consecuencias en términos de pérdidas económicas y de empleos es un claro ejemplo de la gran debilidad y necesidad de invertir en sanidad agropecuaria, a fin de proteger el país de la entrada de nuevas enfermedades.

En fin, los datos indican que las importaciones de carne de cerdo ganan, cada año, más espacio en el mercado dominicano.

Cuidado si se afecta lo de aquí, al traer lo de allá

En 2019 las importaciones de carne de cerdo representaron 65.4 millones de dólares; en 2022 alcanzaron los 228.7 millones, para un crecimiento de 163.3 millones de dólares (igual a 250 %).

Los números de las importaciones en el primer trimestre de 2023 sitúan a República Dominicana como el sexto mayor destino de las exportaciones de carne de cerdo desde Estados Unidos, y registra un volumen de 37 millones de libras o 16,818 toneladas. Eso es, 132 % más que el primer trimestre del 2022. Un informe de 2021 de la Junta Agroempresarial (es posible que eso haya variado), dice que el 70 % de la producción nacional de cerdos se genera en casi 400 granjas, más modernas que las de cualquier país desarrollado.

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