Larissa Jiménez adorna con un toque de fieltro cada Navidad
Larissa Jiménez adorna con un toque de fieltro cada Navidad

Cuando hay que echar una batalla, Larissa Jiménez está en primera línea. Está acostumbrada a saltar obstáculos y la palabra emprendimiento le resulta muy familiar.

Desde 2019 comenzó a dar los primeros pasos para un negocio al que el éxito le ha ido acompañando y cada día se esfuerza para seguir adelante.

Que esa pequeña empresa de la que es dueña tenga como nombre “Los detalles de Larissa” no es una casualidad. Al inicio el emprendimiento tenía otro nombre, pero impregnado del mismo entusiasmo de hoy día. Un entusiasmo que va contagiando a cada uno de los clientes que ha ido adquiriendo.

Para entonces se concentraba en el segmento de aretes. Las manualidades han sido parte de su vida desde siempre. Una de sus tías fue quien la condujo al mundo de las manualidades.

El trabajo hecho a mano es muy delicado.

“Lo que yo quería era hacer detalles, quería trabajar en todas las manualidades que sabía hacer y luego, con la pandemia, la bisutería me estresaba, al estar en lo mismo”, rememora.

Buscando tutoriales en Youtube encontró mucha documentación interesante sobre el fieltro, con lo que ella había trabajado antes. No le era un elemento extraño, especialmente porque les había hecho decoraciones a sus hijos con ese tipo de material.

Larissa tiene alta inclinación a la confección de adornos para la Navidad, pero su talento, capacidad y creatividad alcanzan para mucho más. Puede elaborar desde el móvil que va sobre la cuna de un niño recién nacido, hasta cualquier otro adorno que se le ocurra a un cliente, incluyendo algunos para cumpleaños, centros de mesas, para los bautizos, para mesas de dulces y demás.

Los adornos para Navidad son diversos.

Cuando Larissa regresó a trabajar con fieltro, la época navideña estaba cerca y eso le ha favorecido. Creaba cosas para ella, para distraerse. Pero posteriormente, a raíz de que no se estaba sintiendo bien en otro trabajo distinto que tenía, decidió ver lo del fieltro como algo de negocio. A inicios de este año arrancó formalmente y ahora mismo está inmersa en la realización de accesorios de Navidad. También ha hecho adornos para bebés y tiene en proyecto hacer muñecos de apego (de esos que les llaman muñecos de trapos); adornos para las mesas de los cumpleaños e imparte clases de fielpro, desde el mes de junio.


El negocio ha pasado por varias etapas.

“Lo hago porque quiero que la gente entienda que cuando desea poner un emprendimiento, no solo piense que puede ser de bizcocho o aretes, sino que dispone de otras opciones. Tal vez a las personas no les sale la cocina o no quieren hacer más de lo mismo”, explica.

Y agrega: “Mi objetivo es que más personas trabajen con el fieltro, que trabajen con las manualidades, por todos los beneficios que da la creatividad, a la misma autoestima, cuando tú ves que algo hecho por ti, algo especial”.

En cada detalle se pone mucho cuidado.

Desde los primeros días hasta hoy “Los detalles de Larissa” ha avanzado bastante, porque uno de los objetivos primarios que tuvo la propietaria fue el de impartir clases y lo está haciendo. “Ya son más las personas que están conociendo el fieltro”, indica.

“No tengo los tantísimos clientes que quisiera, pero si me pongo a pensar y a evaluar que apenas empecé a finales del pasado año, entonces debo reconocer que he ido avanzando poco a poco”, expone.

La emprendedora no se ha limitado a un target o público específico, pero sí se ha limitado o circunscrito al uso de un material. “Mi target de clientes está, digamos, entre los veinte y los sesenta años. Pero, a lo que sí me he limitado es a un material, que es el fieltro”, explica.

Desde su punto de vista, la artesanía, como llama la genta a esa actividad, es todo aquello que es manual.
“Es diversa; entonces, de los tantos cursos que hice me enfoqué en el fieltro, porque ahí yo puedo también trabajarlo a máquina, dependiendo de lo que vaya a hacer”, argumenta.

Indica que le gusta la tranquilidad que recibe al estar cosiendo a mano. “Ahí combino el bordado a mano con la costura, que aunque las personas creen que es lo mismo, no lo es, y con la creatividad del cortar, pegar… Con él unifico varias técnicas al mismo tiempo, sin tener que inclinarme por una sola, simplemente con el material”, sostiene.

En el área del fieltro hay espacio para aprovechar y crecer.

En este espacio se pueden crear tantos adornos como vayan solicitando los clientes.

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