En el peor tiempo de la pandemia estuvo sin empleo y se inclinó por la elaboración de shampoo y otros tratamientos

Frarenery González Rodríguez es enfermera y se dedica en cuerpo y alma a la atención de las personas que necesitan mejorar su salud. Labora en una clínica de Cotuí, provincia Sánchez Ramírez, pero también se especializó en Farmacia. Fue precisamente en el tiempo que realizó ese curso cuando vio todos los temas relacionados con la Química y de ahí obtuvo los conocimientos para elaborar el shampoo y otros tratamientos para el pelo, según le cuenta al periódico elCaribe.

En el tiempo de mayor azote de la pandemia de covid-19, Frarenery no tenía empleo, y su esposo mucho menos.

Sin dinero, con deudas fijas, y con tres niños que demandaban alimentación y cuidado, se le ocurrió la idea de preparar productos para tratar el cabello.

Rememora que empezó con un tratamiento conocido como “Bomba” y un gotero para el pelo. Al ver que las personas se interesaban y los compraban, no lo pensó mucho y decidió emprender el negocio con una inversión inicial de RD$5,000.

El inversionista fue su padre. Luego, para llevar la producción a una escala mayor, entendió que necesitaba ayuda del microcrédito y recurrió entonces a la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD), una institución que sabe cómo atender a gente que tiene una idea de negocio pero le falta la “plata” o el dinero. Y ese era el caso de Frarenery.

La FDD tiene un largo trayecto recorrido en el otorgamiento de microcréditos y en la capacitación y acompañamiento financiero en el país y cada día robustece sus acciones.

Sistema financiero e instrucción

El nombre del negocio de la emprendedora dama se denomina “Productos de belleza orgánicos, Chaeylinne” y se le puede contactar en el teléfono 829-374-8579. Con su primer préstamo fue insertándose al sistema financiero y con ayuda de sus familiares y amigos comenzó la producción, el etiquetado, el brandeado y registro de su marca Chaeylinne.

Con elevado entusiasmo por lo que está haciendo, Frarenery cuenta que siempre está tratando de instruirse más en este tipo de negocio.

Ha mirado tutoriales en YouTube e Instagram, sigue a personas con amplios conocimientos en cosmética artesanal y ha entrevistado a personas que tienen experiencia en elaborar productos orgánicos artesanales. Entre sus planes futuros figura capacitarse como cosmetóloga.

A la pequeña empresa se han unido varios miembros de la familia.

Su padre y esposo le ayudan en la fabricación y envasado, su madre en el etiquetado, su hermana y una prima en las ventas, lo que la ha llevado a participar en varias ferias. Todos están involucrados por uno u otro lado. El negocio tiene líneas completas de shampoo, acondicionador, tratamientos, goteros, leave-in, serum, aceite, ampollas y otros, elaborados con ingredientes naturales como café, coco, zanahoria y romero.

Visión
Como próximos pasos para su emprendimiento, Frarenery desea constituir la compañía

Enfocada
“Quiero tener un local con más equipos y maquinarias, pues mi meta es expandirme”, dice la emprendedora.

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