La emprendedora elabora productos personalizados, dependiendo de los gustos de una clientela que es exigente

Los productos de belleza se han convertido en la pasión de muchas personas que, conociendo la demanda que tienen estos, tanto en hombres como en mujeres, apuestan por cosméticos de calidad y hechos a base de ingredientes naturales para eficientizar los beneficios que aportan.

Cremas, labiales, jabones y productos para el cabello son algunos de los que se pueden encontrar en el mercado, cada uno de ellos con indicaciones diferentes, pero con un mismo objetivo, brindar al consumidor una experiencia inolvidable y ayudarlos con su “problemita dermatológico”. Conociendo eso, Awilda Féliz de Jesús, una fiel creyente en Dios y madre de dos niñas, decidió emprender y elaborar “Kimbje”, un negocio que tiene como objetivo ayudar a las mujeres con sus problemas capilares y embellecer el cabello. Para esta emprendedora, Kimbje representa más que un negocio.

“Más que entregar un tratamiento, al momento de hacer la venta, me comprometo con cada mujer hasta ver resultados favorables. A muchas se le está saliendo el cabello, está quebradizo, no tiene brillo, y yo les ofrezco apoyo, ayuda real hasta recuperar su belleza natural, es un crecimiento en conjunto, nos convertimos en amigas por un propósito”, asegura. El origen del nombre del producto sale de las iniciales de sus hijas Kimberly y Jenifer.

A la emprendedora Awilda se le puede contactar por medio de las redes sociales @kimbjerd, al correo [email protected], o a través del teléfono 849-854-9618. La emprendedora se define como una persona con un buen nivel de inteligencia emocional que siempre trata de cumplir con sus responsabilidades, teniendo siempre presente la solidaridad y el trato cordial para con los demás.

“Cuando realizo algo me entrego sin límite de tiempo, mis cualidades incluyen ser una persona muy dedicada a mi familia, principalmente ser una madre amorosa con mis dos niñas, a quienes trato de educar con los mismos valores y principios que me educaron a mí, incluyendo el plano profesional y ético”, le cuenta a elCaribe.

Recuerda con alegría su infancia y expresa que nació en un hogar humilde y lleno de amor, donde estuvo rodeada de sus padres y hermanos. Manifiesta que sus progenitores cuidaron de ella con mucha delicadeza y desde que nació se convirtió en la “ñoñería de la casa” por ser la más pequeña de todos los hijos.

Define a su madre como una mujer súper trabajadora, emprendedora y esforzada que con su dedicación la motivó para reinventarse en cada circunstancia.

Asegura que a pesar de que su mamá no tenía un nivel de estudios elevado, emprendía todo tipo de negocios para poder echar a su familia adelante. “Esto para mí fue un doctorado de vida para ser quien soy”, sostiene.

Como cada negocio, Kimbje tiene su historia y es que surgió cuando Awilda había “tocado fondo”, y en un momento donde estaba pasando por una situación económica difícil, porque aunque tenía un empleo, los ingresos no cubrían sus gastos por lo que un día, decidió realizar “un cambio” en su vida y en la de su familia. Cuenta que por su cabeza pasaron cuestionantes e ideas por lo que al inicio vendía prendas, ropa interior, perfumes y carteras, pero esto no la llenaba. “Una mañana asistí a la iglesia y es un día que no olvido porque en medio de la oración mi proyecto se visualizó: Tratamientos para el cabello (…) Solo dije gracias mi Dios por la idea, me fascinó, me gustaba preparar cosas para el cabello, hervía hojas de romero, creaba productos naturales en casa para mi uso y una vez alguien me dijo haz que tu proyecto sea una diversión no un trabajo, ya que si tu proyecto te gusta de verdad ya no será esfuerzo, será una satisfacción, y así lo es”, según rememora.

Afirma que aunque mucha gente piense que emprender es fácil y simple, cuando una persona se compromete con algo debe dedicarle tiempo, esfuerzo y continuidad. Indica que “hay que seguir un paso a la vez para tener éxito en la vida. Amo mi proyecto y sobre todo servir para otras mujeres a través del mismo”.

Un negocio que crece en la medida que se avanza

Awilda es licenciada en Informática, graduada en la Universidad Interamericana y es facilitadora del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional, y ha sido empleada del Estado por más de 25 años. Narra que su negocio va creciendo cada día, asegurando que el éxito depende de la persistencia. “Aunque lleguen períodos no tan buenos como otros, seguimos innovando para mejorar cada vez más y mantener la calidad con la que comencé. Cada vez que un cliente me escribe o llama y me dice que su pelo cambió, siento que es un gran aporte que le doy a cada una de ellas. Y ese cliente satisfecho recomienda a otra y así continúa la cadena”, sostiene.

Los elementos que hacen el negocio diferente es que son productos naturales. Cada tratamiento está hecho a base de plantas, extractos, aceites y frutas. Awilda también hace productos personalizados.

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