El centro de pensamiento defiende modelo de pensiones por capitalización individual en la República Dominicana

El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) defendió el modelo de pensión por capitalización individual, porque el de reparto no tiene forma de autofinanciación que no sea con impuestos, endeudamiento o, en última instancia, con inflación.

El economista Miguel Collado Di Franco cree que fue una medida acertada la de cambiar el modelo de reparto por el de capitalización individual.

En un extenso análisis que realizó, Collado Di Franco recuerda que a finales de la década de 1990, en República Dominicana se llevó a efecto una reforma a la seguridad social que contó con el apoyo de muchos sectores de la sociedad”.

Ese proceso al que se refiere, que dio origen a la reforma, incluyó discusiones, análisis de propuestas, seminarios internacionales y vistas públicas en distintas provincias del país. El resultado fue la promulgación de la Ley 87-01, del Sistema Dominicano de Seguridad Social en el año 2001”, precisó. Agregó que “con esta legislación se creó un sistema de pensiones de capitalización individual cuyos fondos, propiedad de los trabajadores, serían manejados por empresas denominadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), supervisadas por una Superintendencia de Pensiones”.

“La decisión de cambiar el sistema de reparto a uno de capitalización individual fue la más acertada. Veinte años más tarde también sigue siendo la mejor opción. ¿Por qué?, porque el sistema de reparto proporcionaba baja cobertura, otorgaba pensiones exiguas y generaba un alto pasivo para el Estado dominicano. Tal como ocurre con la generalidad de los sistemas de pensiones de reparto a nivel mundial”, aseguró.
Miguel Collado explica en su análisis que “cuando se produjo el cambio de sistema, las obligaciones no financiadas del sistema de pensiones del país alcanzaban el 48.5 % del Producto Interno Bruto (PIB). Estos pasivos, a los cuales también se les conoce como “deuda implícita”, representan la diferencia entre los compromisos de pagos futuros y el valor presente de los fondos disponibles para pagarlos”.

De acuerdo con el vicepresidente ejecutivo de la CREES, el IDSS (Instituto Dominicano de Seguridad Social), que era la institución con mayor cobertura de la fuerza laboral (apenas el 18 % de la población económicamente activa) otorgaba pensiones que solo alcanzaban el 60 % del salario mínimo vigente. Las pensiones, por consiguiente, eran escasas y bajas.

Desde el punto de vista del economista Di Franco, por su naturaleza, los fondos de pensiones de reparto no tienen la capacidad de autofinanciarse, y ameritan ser cubiertos con las formas tradicionales de financiamiento público: impuestos, endeudamiento o, en última instancia, con inflación.

Los trabajadores activos

¿Por qué son deficitarios los sistemas de reparto?, se pregunta el vicepresidente del CREES. “Para contestar esta pregunta es necesario recordar que son los trabajadores activos, quienes constituyen la base de los cotizantes del sistema”, dijo. Y agregó que con sus aportes al fondo común, se pagan los beneficios de los miembros pasivos del sistema, o pensionados.

“En consecuencia, el sistema solo se sostiene si el conjunto de aportes de los trabajadores activos es igual o mayor a las pensiones que reciben los pensionados”, apuntó.
Collado Di Franco indica que un incremento de los pensionados con relación al total de cotizantes es suficiente para romper el equilibrio financiero de cualquier sistema de pensiones de reparto. Por ende, una disminución en el empleo formal (aumento del desempleo, incremento en la informalidad) puede desestabilizar a un sistema de reparto. Ante una disminución en el número de aportantes al sistema, se crea un desequilibrio inmediato.

“Sin embargo, son las tendencias demográficas las que determinan la insostenibilidad de los sistemas de pensiones tradicionales. En el tiempo, por los avances en medicina, en tecnología, en nutrición, entre otros, los jubilados viven más tiempo. Por otro lado, la tasa de fertilidad tiene una tendencia a disminuir. Es decir, cada vez hay más personas pensionadas que viven más años, mientras el ritmo al que se incrementan los trabajadores activos es menor”, explicó.
Expresó que el desbalance de los sistemas de reparto, en consecuencia, lo dicta el mismo progreso de la humanidad. Las tendencias demográficas hablan por sí solas.

El informe Perspectivas de la Población Mundial del año 2019 de las Naciones Unidas pone en evidencia la imposibilidad de sostener los sistemas de reparto en el tiempo, recordó Miguel Collado en su análisis.

Citó una gráfica que indica que la esperanza de vida presenta una tendencia a continuar aumentando en el tiempo, y en República Dominicana el número de años es mayor que en el promedio del resto de los países del mundo,

El tema de disminución de tasa total de fertilidad

“Al aumento en la esperanza de vida al nacer le acompaña otra tendencia que ha caracterizado al desarrollo demográfico de las últimas décadas: la disminución en la tasa total de fertilidad”, precisó el vicepresidente ejecutivo de la CREES. Sostuvo –tomando de base las estadísticas- que la cantidad de niños por mujer continuará disminuyendo a nivel mundial. “Esas mismas estadísticas indican que el ritmo al que decrecerá la tasa total de fertilidad de República Dominicana será superior al promedio mundial”, expuso.

La relación de dependencia es un indicador que mide la cantidad de personas que potencialmente podrían sostener a quienes no están trabajando. El número de personas entre 15 y 64 años que podrían, teóricamente, sostener financieramente a una persona de 65 o más años se ha ido reduciendo en el tiempo.

Posted in Destacado, DineroEtiquetas

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas