Puerto Príncipe.- La progresión del coronavirus en República Dominicana, donde se han infectado 21.437 personas, de las que 561 han muerto, representa un peligro importante para Haití, advirtió este jueves el doctor Jean William Pape, copresidente de la comisión haitiana multisectorial para la gestión de la COVID-19.

Haití, por su lado, registra 58 muertes y 3.796 infectados por el nuevo coronavirus.

«Al principio la pandemia estaba muy bien controlada. Se hizo un muy buen trabajo para controlar las fronteras y los aeropuertos que fueron cerrados», dijo a Efe Pape con respecto a algunas medidas anunciadas a mediados de marzo tras los primeros casos confirmados en ambos países fronterizos.

Sin embargo, en las últimas cuatro semanas más de 30.000 haitianos residentes en la República Dominicana han regresado a su lugar de origen.

Datos proporcionados este jueves por la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) indican que, hasta el 7 de junio, 32.669 haitianos han regresado por la pandemia desde la República Dominicana, donde el Gobierno asegura que el virus está controlado y ya han puesto en marcha la segunda de las cuatro fases de desescalada.

De acuerdo con el galeno, la República Dominicana «tiene la pandemia más salvaje de toda la región. Si fuéramos una isla, como Cuba, por ejemplo, no tendríamos problemas. Pero el hecho de que estemos al lado de la República Dominicana y que este gran número de haitianos esté regresando, se ha vuelto muy difícil de controlar».

Según Pape, si el 10 % de los más de 30.000 haitianos que han regresado se enferman «se producirían 3.000 infecciones porque cada uno de los contaminados infecta a un promedio de 3 a 4 personas».

«Es una situación explosiva que no podemos controlar. Incluso si el Gobierno tuviera toda la voluntad del mundo, no podría hacerlo. Es una válvula que está abierta, una válvula que no se puede controlar», insistió, señalando que el país vecino es incapaz de controlar la pandemia que lo azota.

Es una situación «extremadamente difícil (…). Sea cual sea el Gobierno que tenga siempre será difícil para ellos controlar las fronteras. Esta es la fuente de las infecciones», sostuvo.

El doctor Pape, conocido por su lucha contra el Sida en este país, el más pobre de América, lamentó que Haití no tenga «un estado fuerte (…), como China o Cuba, donde el Estado decide algo por el bien público y todo el mundo tiene que cumplir».

Si bien en Haití se ha pedido a los pobladores que usen máscaras, muchos no lo hacen.

Por ello, para el experto la falta de fuerza represiva legal para hacer cumplir las medidas hace la situación aún más complicada, contrario a lo que sucede en República Dominicana, en donde son detenidas las personas que violan el toque de queda dispuesto.

«En Haití no podemos hacer eso. Si lo hacemos vamos a empeorar la situación porque no tienes la fuerza para hacerlo y eso lo hace difícil», se quejó, añadiendo que lo único que se puede hacer es persuadir a la población de que las medidas fueron adoptadas para protegerlos de la enfermedad, que no ha sido «tan salvaje» como se predijo en esta nación.

Varias hipótesis explican por qué la epidemia no está causando los daños previstos, y entre estas el médico cita que Haití es un país con un alto porcentaje de jóvenes, además de que por ser una nación tropical la enfermedad no es «muy intensa».

Además, tiene la hipótesis de que el virus puede estar cambiando, pero advierte que se avanza «hacia una tendencia al alza en la que la pandemia llegará gradualmente a las provincias en los próximos

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