Hoy hago una pausa necesaria en mi redacción didáctica, a propósito de conmemorarse este 25 de noviembre el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, en honor a las hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa, vilmente asesinadas en el año 1960 durante la dictadura que prevaleció en República Dominicana (1930-1961).

Pero quiero detenerme en una actividad que realiza hoy, jueves 24 de noviembre, la Junta Central Electoral (JCE) en la Casa Museo que le hace honor a estas mártires, ubicada en Ojo de Agua, Salcedo, cuna del nacimiento de estas tres valiosas dominicanas, que desde jóvenes abrazaron la lucha por la libertad en una época en la que era difícil ser mujer, activista política y rebelde con causa.

“Sé consciente como Minerva Mirabal, participa en política”, es un evento que tiene un propósito distinto al que suele ventilarse en torno a las Mirabal: enfocar el perfil de Minerva Mirabal como la joven política que representaba un peligro para los intereses del poder político de entonces, fundamentado en una nula democracia.

A Minerva Mirabal, artífice del Movimiento 14 de Junio, la recuerdan sus cercanos como una mujer de carácter, firme, inteligente y amante de la libertad, pero… sobre todo, hay que hacer énfasis en lo siguiente: fue activista política desde muy joven para enfrentar la dictadura más férrea de la región en esos tiempos.

Y por lo de “joven, mujer y política”, la JCE aprovecha esta fecha para conectarla como referente de juventud con el programa de talleres del Voto Consciente” (dirigido a jóvenes) que viene impartiendo desde hace un tiempo para crear conciencia en ellos en torno a la importancia de participar en la política y del primer voto.

“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, es una frase icónica de Minerva, la cual, tras su asesinato, cobró más fuerza y al pronunciarla hace que se nos erice la piel de tan solo imaginar lo que ocurrió aquel 25 de noviembre de 1960.

Recordar que ese crimen, en el que cayeron las tres hermanas y Rufino de la Cruz, quien las transportaba, fue abrazado a nivel mundial para asumir a estas mujeres como un símbolo de lucha que no debe ser olvidado, no solo por su condición de mujeres, sino de jóvenes ciudadanas que decidieron valientemente enfrentarse al poder de una dictadura.

El mejor tributo que podemos hacerle a Minerva y sus hermanas, es llevar este mensaje a la juventud para que, igual que ellas, sean conscientes de la importancia de participar en la política.
¡Gracias por leerme!

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