Nada como un amanecer cargado de sol y brisa, brisa que bate nuestros sentimientos, nos borra las penas y nos levanta los sueños. Todos necesitamos en algún momento renovarnos para dar lo mejor, resetear nuestra vida cuando contrasta muy fuerte con nuestro mundo, reprogramar sentimientos y pintar los objetivos de frescura. Cuanta esperanza traen los nuevos ciclos bajo la fiel y oportuna palabra del Señor. Los errores del pasado pasan de moda y se impone la bondad divina como una primavera a destiempo, explotando de alegrías. Hoy la tendencia es tu felicidad. Recorre la pasarela de la misericordia y vuelve a amar, quien vive amando vive dos veces.
Y recuerda que lo mejor de un nuevo comienzo es que nos acerca al sueño de un gran final.