Escoger es algo de cada día y de todos. Pero no existe tal cosa como “dos tipos de personas” los que escogen y los que no, porque ciertamente existe “uno solo”, “ese que escoge o escogen por el…” No escoger es una elección, de modo que hay quien al escoger a alguien no solo escogió con quien ganar, también escogió a quien perder o con quien perderse. Escoger requiere visión, no de emoción, ¡saber hacerlo es el éxito! Triunfar junto a la persona incorrecta es fatal. Escoger con quien llegar a viejo, tus compañeros de vida, para compartir las alegrías como las ganancias. ¿Quién quiere ser feliz junto a ti y con lo que te hace realmente feliz? Fue cuando escogí a Jesús que la insensatez salió pateando la puerta.

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