Has oído el dicho “¡eres mi sol!”. Creo que sí. También he leído al salmista decir “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida ¿De quién he de atemorizarme? Salmo 27; es difícil ocultar los efectos de una vida favoreciendo otra de manera intencional. Ser bendecido es un regalo, ser de bendición un privilegio. La luz de la bondad refleja el poder que tiene un corazón para mejorar la vida de otros. La luz de la verdad, la autoridad que tenemos revelando lo bueno sin manipular y lo correcto con justicia. No nacimos para ser mejores sino para mejorar la vida de muchos. Pregúntate, tu amor ¿Hace evidente por qué razón has llegado a la vida de alguien?

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