Dos iban hacia Emaús, en una amena caminata, mientras en sus corazones ardía la presencia grata de quien les seguía, Jesús, la palpable compañía… Llevarnos a su lado por caminos estrechos suele ser una de las estrategias de Dios para enseñarnos su carácter y desacostumbrarnos de las jornadas estériles. Muchos son los que van por anchas avenidas, cuyo destino lleva a la perdición. Es preferible recorrer un camino con obstáculos pero con propósito, que transitar un camino fácil pero sin destino, o peor aún que te lleve al extravío. Dice Proverbios 16:25 “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero al final es camino de muerte”. Los hombres listos buscan atajos y saltar los trechos, los hombres de Dios, miran su destino y andan derecho.

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