No hay mayor éxito que hacer lo correcto, ni mayor aplauso que el del Padre. Nuestra tarea primordial es ser sal y luz, decir bueno a lo que Dios llamó bueno, y ejecutarlo, y a lo que Dios llama malo, llamarlo por nombre, contradecirlo, cancelarlo, rechazarlo, combatirlo pero haciendo tanto bien como sea posible para adversarlo.

Cuando los hombres no se avergüenzan del mal es porque ya los ha invadido. Carcomió sus huesos y su mentalidad. Algunos hasta le llaman “mi cáncer”.

El pecado es el cáncer del alma, como algunos tipos, puedes vivir con ellos largos años, pero igual terminan matándote. Semejante es la transcendencia de cierto tipo de éxito social, apadrinado por liderazgos corruptos, pura metástasis.

Es hora que pasemos de muerte a vida.

Posted in Rosas para el alma

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas