Comenzar de nuevo inicia incomodando la conciencia, justo cuando llega la necesidad de replantearnos lo impensado, lo diferente o lo inminente. Podar el árbol de las tradiciones, la linea de acceso segura o pausar aquello que ya está dando fruto por lo que ahora se demanda “que lleve más fruto” no es cosa sencilla. Decir vamos de nuevo pero no con lo viejo a cuestas, sin tomar en cuenta los retoños, echando raíces al aire, estilo invernadero, requerirá toda tu energía, una reingeniería completa probablemente.
Y sabemos que “a todos nos gusta lo nuevo pero nos disgusta el cambio” por tanto necesitarás quebrar todas tus resistencias y para ello deberás ser obediente, diligente, persistente pero “más paciente que valiente”. La paciencia todo lo alcanza mientras la promesa divina lo amarra!