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Antecedentes

Al cierre de junio de 2020, las estadísticas de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) arrojaron una disminución de 12,494 empleadores, 13.5%, respecto a los 92,320 que reportaban a esa entidad al cierre del mes de marzo de ese mismo año. Al finalizar septiembre, el número de empleadores se había recuperado poco más del 50%, disminuyendo a solo 5,864 respecto al nivel al mes de marzo, cuando inició la pandemia del Covid-19.

Con excepción del segmento de los empleadores con tamaño entre 1 y 15 trabajadores, que cayó solo 4.3% y el de más de 5,000 que no reflejó ningún cambio, al cierre de septiembre, los otros segmentos reflejaron disminuciones entre 12.9 y 19.4% del total que reportaba a la TSS, al mes de marzo. Excluyendo los empleadores en el rango de más de 5,000 empleados, el 14% en promedio estaban en dificultad o habían cesado sus actividades. La participación de los micro, pequeños y medianos empleadores, representaron más del 96% de los que cesaron de reportar.

Cifras alentadoras, pero…

La interrupción de las actividades de los empleadores antes comentada y los recortes adoptados por otros que siguen operando, pero con menos trabajadores, dejó en condición de suspensión a 305,990 empleados al 30 de noviembre de 2020, equivalente al 6.6% de la población ocupada al inicio de año, según el Informe Situación Macroeconómica del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, de diciembre pasado. Esta cifra significó una recuperación de más de 200,000 empleos respecto al pico alcanzado en abril-junio.

Sin embargo, el monto de empleados cesados podría aumentar a partir de este mes de enero, por la suspensión del subsidio al empleo que se otorgaba a través del Fondo de Asistencia al Empleado, FASE II, que al 30 de noviembre pasado beneficiaba a 534,613 empleados con 5,000 pesos mensuales, como aporte del Estado para completar el salario del trabajador. Esta medida permitiría la sincerización del mercado de trabajo y poder evaluar con mayor objetividad las perspectivas de la economía.

Por otra parte, en el programas Pa’ Ti, dirigido a apoyar trabajadores independientes, al 15 de octubre pasado existían 184,980 beneficiarios. Una vez cesado el apoyo del Gobierno a través de este, se espera que, al menos si no aumenta el desempleo, una proporción de estos resulte afectado negativamente en sus ingresos durante gran parte de este año, debido a las restricciones aplicadas en los horarios de trabajo y la libre circulación.

Mercado de trabajo, políticas y recuperación

El mercado de trabajo se redujo de 4.6 millones de ocupados al inicio del 2020 a 4.3 millones a finales de ese año y actualmente enfrenta amenaza de destrucción adicional de empleos que podría ser significativa. Esto tendría un efecto negativo sobre el ingreso de la familia, la demanda interna y la reactivación económica, en un contexto donde la reacción del sector externo de la economía, particularmente el turismo, es exógena a las políticas gubernamentales y la política monetaria tiene limitaciones para afrontar sola los desafíos de un mercado de trabajo frágil, en medio de una fase fuertemente recesiva del ciclo económico.

Por eso sorprende a expertos que el gobierno anunciara como un logro la reducción del déficit en 77,000 millones de pesos, 1.6% del PIB, respecto al monto aprobado en la Ley de Presupuesto y sus adendas, correspondiente al 2020, sin considerar la posibilidad de adoptar medidas adicionales para fortalecer el mercado de trabajo y apuntalar la recuperación. Sobre todo, si se considera que la reducción de gasto aludida tenía el financiamiento desembolsado y podía ser reasignado. Volveremos sobre las políticas.

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