Con la llegada del covid-19 y su conversión en pandemia, la humanidad comenzó a sufrir uno de los cambios más enigmáticos de la historia. Los dominicanos entramos en un ciclo muy difícil en la política, la economía y en la valoración humana.
La rebeldía y la resistencia en el cumplimiento de disposiciones legales, de salud y respeto a los demás, se han impuesto al raciocinio, a la comprensión y a la valoración del uno por el otro.

Al parecer la pandemia y su larga estadía nos convierte cada vez en seres humanos menos buenos, transitamos sin tomar en cuenta a los demás y somos pocos solidarios con quienes sufren, ya sea a causa del virus o por otras razones que suelen devenir de patologías como la que afrontamos.

Tenemos el gran compromiso de vencer unidos el covid-19 y sus secuelas, pero solo podemos lograrlo y volver a la normalidad cumpliendo con las disposiciones y restricciones sanitarias puestas en carpeta por las autoridades, como es el caso de la vacuna, la higiene, el distanciamiento social y otras.

La criminalidad nos ha ganado en el trayecto, el irrespeto va más ligero y tenemos que ponerle un alto, para que los arrebatos no nos conduzcan al crimen, a matar por rabia, golpear por tonterías y asumir que la vida no vale, cuando en realidad es el regalo más hermoso como obra de Dios.

Los feminicidios, los crímenes pasionales simples, la violencia intrafamiliar, asaltos, atracos, despojo de propiedades y los delitos comunes, nos ganan esta cruenta batalla y es muy poco lo que hacemos para contribuir a frenarlos.

Cierto es, que la situación es difícil y que el esfuerzo de nuestras autoridades, aunque muy valioso, no puede llegar a todos con igualdad, debemos reflexionar y pensar que esto debe pasar y que la vida, como regalo divino, ha de continuar. Los dominicanos siempre hemos sido dulces, buenos anfitriones, alegres y felices.
¿Que nos está pasando ahora?

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas