Desde el momento mismo de la gestación, cuando a una mujer se le anuncia estar embarazada, todas aquellas que hemos tenido la bendición de tener hijos, de forma prácticamente mágica empezamos a sentirnos madre. Es increíble lo que despierta y las emociones que desborda en el corazón de una mujer tener en su vientre una vida que Dios le ha permitido venir a este mundo a través de ella. Esto conlleva un seguimiento especial desde que inicia hasta que culmina de su alimentación, ya que la misma necesita una dieta balanceada, acompañada de vitaminas necesarias para el desarrollo físico y de manera especial tanto o más básico que lo señalado es el manejo de las emociones y el ámbito en el cual cohabita la madre, ya que todo el entorno de interacción familiar y social afecta positiva o negativamente el desarrollo de la personalidad y salud mental del ser humano.
A veces, por ignorancia, se cree como es vida intrauterina, no percibe lo que pasa en su entorno extrauterino, como por ejemplo, violencia verbal, estrés permanente, rechazo, no obstante, todo esto es determinante para su formación y crecimiento físico sano.

Desde el momento mismo en el que el niño nace hasta los 6 años, tenemos la etapa, que es la Primera Infancia, donde queda sentada la personalidad del individuo. Por esto, es indispensable saber en manos de quién, a la hora de salir a trabajar, estás depositando el mayor tesoro que son tus hijos, y dependiendo de cómo sea desarrollado este tiempo de vida tendrás un hijo emocional y físicamente sano.

En los países desarrollados, el cuidado de esta etapa es de suma importancia para sus gobiernos, donde se hacen grandes inversiones económicas para precisamente evitar daños que en el futuro pueden ser irreversibles. Se que es un gran dilema para nuestras autoridades y padres, ya que todos los recintos escolares en nuestro país se están manejando de forma virtual, tratando de encontrar el momento de retorno al salón de clases.
Urge como nunca poner sobra la mesa cómo se va a manejar esta población, que hasta ahora ha quedado en el abandono. Nuestros niños necesitan ser atendidos por manos especializadas en un momento histórico donde aún la población adulta esta siendo afectada, hasta dónde alcanzarán las secuelas psicológicas a las futuras generaciones en nuestro país.

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