Por demás está decir, para los que habitamos en esta pequeña isla, que somos un pueblo de un alto valor cristiano, donde hombres y mujeres, sin importar nivel cultural o social, viven la fe cristiana. Para aquellos que han tenido la oportunidad de visitar otras naciones, por ejemplo , el continente europeo, habrán notado cuán escépticos son los individuos en cuanto a lo espiritual. Entienden que es una especie de mecanismo de defensa de los pobres y aquellos con falta de intelectualidad para evadir su propia realidad. Tanto es así, que fue considerada la religión o la fe como el opio de los pueblos, o lo que es lo mismo, una forma de buscar cómo vivir la realidad.

Sin embargo, en nuestro país tenemos la oportunidad y la bendición de vivir en una sociedad donde desde el más alto nivel, clase intelectual y profesional, hasta el que vende frutas en una esquina, no solo busca de Dios y cree en Él, sino que da gracias por todo en la situación más insignificante. Algo cotidiano en el día a día nuestro es, al preguntar a alguien “¿cómo estás?”, recibir como respuesta “Bien, gracias a Dios”. Hermosa bendición para todos es ser dominicanos; donde la libertad de culto es una realidad palpable, cualquier profesa su fe sin importar a qué grupo pertenece. Mientras, todavía hoy en pleno siglo XXI, existen países donde, no solo está prohibido hablar del Creador, sino que llegan hasta el punto de encarcelar y matar a aquellos que intentan profesarlo.

Semana Santa es tiempo propicio, además, para aquellos que por el correr en su día a día, no han comprendido la importancia de llenar esa parte, que por muchos bienes materiales que obtengas y posición o estatus social que adquieras no se satisface. También para que hagan un alto en el camino y aprovechen este espacio para ver y preguntarse lo siguiente: “¿Qué me pasa; lo tengo todo, pero me siento vacío?”, “He adquirido fama, dinero, alta preparación académica. Entonces, ¿Qué me falta?”.

Como especialista de la conducta, he entendido, por vivencia propia y de mi familia, la importancia y llenura que trae a la vida del ser humano aprender a, como dice la Biblia en Mateo 6:33: “Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”

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