Esta semana llega a mi consulta una señora que me dice: “Vengo porque estoy muy deprimida. Siento un reproche permanente de mi hija. Tengo tres, dos varones de 42 y 40, y la hembra de 38.” Ella tiene 62 años, su hija no le perdona haberla dejado junto a sus hermanos (con el padre y la abuela) menor de 10 años para irse a trabajar a una nación de Europa, cuidando dos personas mayores, porque entendía que con esto les daría mejor vida a sus hijos, a quienes llamaba tres veces por semana, y los domingos con lágrimas en los ojos era la mejor reunión de su vida, y los venía a visitar todos los años con esfuerzo sobrehumano. Permaneció en este mismo lugar por 14 años.

Como este caso tenemos miles de familias en las cuales uno de los dos, que pretendía hacer lo mejor para los suyos, toma la decisión de emigrar, no solo a otra nación, sino de los campos a nuestras ciudades con el mismo objetivo. Por experiencia propia, una joven de 24 años vino a cuidar a mis hijos cuando eran muy pequeños. Cada día, a la hora de almorzar se encerraba en su habitación con su almuerzo (creo haberlo citado en otra ocasión, por el impacto generado en mi vida), al cual entré luego de un par de semanas, y la encuentro sollozando, y la comida tirada al zafacón. Alarmada le pregunto: “¡¿Qué pasa?!”, a lo que responde: “Estoy segura que mis hijos no tienen qué comer”. De inmediato, como madre, me puse en su lugar, y le pedí que regrese a su casa, trabaje en lo que encuentre, pero que no se separe de ellos, porque no estaba preparada. Así lo hizo.

A veces también se da el caso, en las zonas rurales, sobre todo, de llevar a un hijo donde una persona pudiente, con la misma finalidad, que este reciba educación y no le “falte nada”, pensando en su futuro. Sin embargo, el niño por lo general siente que ha sido regalado y abandonado por sus padres, y eso trae como consecuencia profundos traumas, en ocasiones para toda la vida.

¿Te has preguntado el dolor que conlleva a una mujer tomar decisiones de este tipo? A ti hijo, si te ha tocado, ¿Te has puesto en su lugar?

Solo las mamás pueden entender lo que significa este tipo de separación. Hijos, nunca las juzguen contrariamente, son heroínas. Pero, si necesitas ayuda, siempre hay tiempo para cambiar y sanar heridas del alma, tan grandes, para ti, como para ella.

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