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El periodismo que se ejerce en República Dominicana, ¿cumple con los parámetros que trazan sus principios, códigos éticos y fundamentado en una práctica de pura limpieza?

La pregunta tiene en la “mira” a periodistas pagados, aquellos que realizan una labor por encargo y que nunca mueven sus dedos en el teclado de una computadora si a cambio no les llega el buen dinero del llamado “oro corruptor”.

En esa misma línea también se inscriben -porque son de la misma negativa camada- los llamados comunicadores (¿?) que con bastante ruido “cantaletean” sin parar en programas de radio y televisión.

Igualmente cabe mencionar a individuos enganchados a periodistas que están -con asiduidad ilimitada- en las redes sociales alardeando de que “sirven noticias a la toda la colectividad nacional y que por consiguiente crean opinión pública”. ¡Nada más falso que tal consideración!

A propósito de que el contenido en este artículo llegue a los sanos oídos de los periodistas dominicanos que trabajan sin violentar nunca su esencia, que encierra la verdad y la objetividad, cito a uno de los más finos expositores de la ética que debe normar en cualquier carrera profesional. Me refiero al legendario escritor John C. Maxwell.

Maxwell, de nacionalidad estadounidense y quien es considerado como uno de los más reputados conferencistas a nivel global, no vacila en recalcar sobre la decencia que debe caracterizar al ente humano en cualquier circunstancia de su vida.

En efecto, en su maravillosa obra intitulada ética (La única regla para tomar decisiones), refiere que “puede ser posible engañar a la gente durante un tiempo, pero con el tiempo sus hechos se revelarán porque la verdad sale a la luz pública”.

Y subraya: “El comportamiento ético quizás resulte una pérdida de tiempo a corto plazo. No obstante, a largo plazo la gente siempre pierde cuando vive sin ética. ¿Has conocido alguna vez a alguien cuya vida de atajos, decepción y engaño terminara bien?”

En el largo proceso del periodismo dominicano se registran “especiales personajes” que están en los medios noticiosos, pero que no realizan una labor acorde con la norma periodística más elemental.

Es de capital importancia resaltar que en el ejercicio del periodismo profesional, en ninguno de sus géneros, debe primar el sesgo. El periodista que trabaja con sesgo, es obvio que deja atrás los principios, la ética y la limpieza de su oficio.

Objetividad, principios, limpidez y ética son las principales herramientas que deben normar el ejercicio de un periodismo auténtico… el periodismo que marca la correcta normativa comunicacional.
Continuará….

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