Ya se acaba la séptima temporada de la Liga Dominicana de Fútbol (LDF), con micro historias individuales, que hacen una colectiva de buen sabor en la receta especial de crecimiento sostenido.
Hablemos de ese saque inaugural en las piernas del presidente Luis Abinader el 16 de Abril, o de un nuevo estadio en Jarabacoa, pasando por la calidad de los refuerzos, además de la acertada regla que pone un juvenil siempre en cancha.

Se puede decir con justa razón que en estos seis meses, la LDF se ha colocado en unos niveles de calidad muy por encima de todas las temporadas anteriores.

Aún queda espacio para crecer, cierto, pero si colocamos en una balanza el torneo que casi termina, tenemos que quitarnos el sombrero en forma de reverencia ante la presidencia, dirección ejecutiva y gerentes de los equipos en la liga.

Si usted quiere más, tenemos como un guion de película que la final se va a decidir en un solo partido. Un juego que tiene a dos protagonistas merecidos, con uno de ellos debutando en este escenario y otro que busca su segunda estrella.

La moña de este regalo a los futboleros, la pondrá un juego que no admite empate, donde se tendrá que jugar tiempo extra y tanda de penales si son necesarios.

Reiteramos, aún quedan muchas cosas por mejorar.

El juego será en La Vega, en un estadio sin luz artificial, razón por la que iniciará a las dos de la tarde y aunque muchos entienden que esa hora calurosa podría interferir el resultado, nosotros esperamos que los fanáticos llenen a la capacidad permitida el lugar desde mucho antes del pitazo inicial sin pensar en ello.

Será el último juego de la temporada. Para los jugadores las cosas se están definiendo desde los entrenamientos. El sacrificio es total. Allí lo dejarán todo, no hay mañana y aunque ya ambos equipos están inscritos en los campeonatos internacionales, ni Atlético Vega Real, ni Cibao FC estarán conformes hasta levantar el trofeo de campeón.

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