En unas horas terminará el 2020. Solo un par de días le quedan a este año que pasará a la historia y quedará en la memoria de quienes podamos decirle adiós.

Recuerdo que a mi madre no le gusta que hablemos de días o años malos. Ella prefiere que se diga: complicados o difíciles. Sin embargo, es imposible no pensar en tristeza, desesperanza, desesperación, soledad, angustia y hasta falta de fe, cuando recordemos los diferentes estados de ánimo que nos invadieron durante los 12 meses a punto de concluir.

Durante este año, la muerte se ha convertido en una amenaza constante y en muchos casos, en una certeza dolorosa para miles de familias que vieron partir a sus seres queridos, amigos y parientes, de quienes no pudieron despedirse por las restricciones impuestas por la crisis sanitaria.

El 2020 nos dolió y nos seguirá doliendo, nos lastimó y sus efectos continuarán lastimándonos, sin importar cuánto hagamos por superarlo y olvidarlo.

Cuando pase el tiempo y miremos hacia atrás por más felices que nos encontremos, será inevitable recordar sin que asome una lágrima, sin que la pena no se haga presente.

El 2020 trajo consigo una lección de vida, que en medio de lo difícil, debe servir para ayudarnos a ser mejores. Es precisamente la enseñanza lo que no debemos olvidar.

Es importante que al mirar atrás aprendamos a agradecer por el solo hecho de estar vivos, de contar con salud y que nuestros seres queridos, amigos y conocidos aún estén entre nosotros.

Hoy cuando hablamos de un mejor futuro, cuando centramos todas las esperanzas en un nuevo año, cuando elevamos plegarias al Altísimo para que nos regale un mejor año, debemos tener en cuenta que en nuestras manos está la posibilidad de construir o destruir, de ser mejores o convertirnos en peores personas.

Es verdad que, tal como pasó en este año, suceden imponderables que se escapan de nuestras manos, pero es nuestra actitud la que contribuirá a sobrellevarla.

Una actitud negativa nos hará vulnerables y terminaremos vencidos, mientras que una buena disposición, actitud positiva y optimista, serán herramientas esenciales para hacer frente a lo que venga, con valentía.

Es así como debemos recibir este 2021, con valor y determinación, haciendo acopio de las fuerzas que aún tenemos para salir airosos de estos nuevos 12 meses que nos regala la vida.

Posted in Mi Tiempo

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas