La historia política nacional documenta éxitos y fracasos electorales empujados por acontecimientos imponderables, inesperados. Por ejemplo, en 1998, la muerte de José Francisco Peña Gómez, diez días antes de las elecciones congresuales, sin dudas que tuvo un gran impacto en el resultado de esos comicios que dieron al PRD una victoria apabullante por encima del PLD, que entonces gobernaba, y del PRSC, que había acumulado 22 años de poder.

El funeral del líder político se hizo en el Centro Olímpico, y el acontecimiento revivió la idea de que no se le permitió ser presidente por un asunto racial y social, a pesar de la gran popularidad que ganó en el electorado.

Muchos atribuyen a un golpe de suerte, que en 1996, cuando Joaquín Balaguer tenía prohibido presentarse de nuevo a la reelección, Leonel Fernández, apareció como la opción salvadora del entonces presidente, para que su mayor enemigo político no lo sustituyera.

Con el presidente Luis Abinader muchos también atribuyen su victoria electoral en 2020 a los acontecimientos imponderables que afectaron negativamente al PLD. Desde la división luego de las primarias hasta la suspensión de las elecciones de febrero. Pero hasta ahí no todo fue suerte, primero porque el PLD manejó mal esos hechos desde el punto de vista político y, lo segundo, es que Abinader estaba preparado para aprovechar políticamente todo lo que ocurrió.

Otro imponderable fue la llegada de la pandemia de la covid-19, y coronó el cóctel de eventos para que el electorado decidiera en la primera vuelta, lo que favoreció al PRM.

Los imponderables, vinculados a los comicios de 2020, todavía gravitan. Si algo define el panorama mundial en este momento, es la incertidumbre, desde las consecuencias de la pandemia, económicas y psicológicas, hasta la guerra en Ucrania y la quiebra de bancos Estados Unidos. Para el 2024, en política, nada parece seguro, la única certeza, es la incertidumbre.

Los aspirantes a la Presidencia deben tener listas las lámparas y no olviden el aceite para que no les pase como a las 5 vírgenes de la biblia que perdieron al novio. Eso fue lo que les pasó a Luis, en 2020 y a Leonel en 1996, nadie niega el golpe de suerte, pero estaban listos y cuando llegó, tenían su aceite.

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