Muchos desconocen que las empresas familiares aportan cerca del 50% del Producto Interno Bruto mundial y el 80% de los estudiantes terminan trabajando en una empresa familiar.
En países como España un increíble 70% del Producto Interno Bruto proviene de empresas familiares como el Corte Inglés, Inditex (Zara), Mercadona, Banco de Santander y muchas otras más.

Es por esto por lo que se empieza a tratar con seriedad, como hacer que estas empresas perduren en el tiempo, como propiedad familiar o que estas puedan ser vendidas a terceros y que no desaparezcan por la falta de interés de las generaciones futuras o por diferencias entre las mismas.

Para muchos uno empresa familiar es la creada y administrada por una sola familia. Pero el concepto es mucho más amplio ya que se considera familiar una empresa donde una familia tiene derecho a voto o controle el capital en más de un 25% y que tengan como norte que la misma permanezca en manos de la siguiente generación, los votos en las asambleas se hacen de manera presencial no por poder, y en la administración de la empresa debe participar uno o más miembros de la familia.

El tamaño no importa, lo que todos debemos procurar es que las mismas se mantengan que se desarrollen en el tiempo y contribuyan a generar empleos de calidad y en cantidad.

Una empresa familiar siempre es mucho más ágil en la toma de decisiones, tiene una cercanía mayor con los clientes que se sienten que se les da mejor servicio, pueden acceder con facilidad a los ejecutivos y negocian con las mismas personas por años. Son parte de sus momentos felices y de los tristes también.

Muy diferente a lo que está pasando en la actualidad que muchas empresas, son adquiridas por fondos de inversión, donde el cambio de ejecutivos es constante y el cliente pasa a ser un número y no un amigo.

Las empresas familiares no están exentas de riegos y por eso instituciones como el Banco Popular Dominicano y otras más ofrecen a sus clientes conferencias de cómo manejar la transición.
Jesús Izquierdo charlista invitado por el BPD de “ World Gate Group” dice que es importante hablar en el mismo esquema mental, todos como un mismo propósito para evitar ser parte de un enorme porcentaje que no logra sobrevivir al cambio generacional.

El número de empresas que no logran dar el salto a las siguientes generaciones es alto, cuando afirma que sólo el 30% logra llegar a la segunda generación, un 14% a la tercera y las que logran llegar a la cuarta generación apenas alcanzan un solo digito.

Algunos autores que estudian las empresas familiares entienden que uno de los problemas es la obtención de créditos, pero esto aplica más bien a empresas pequeñas donde depende mucho la continuación de la misma de una sola persona. Un riesgo latente es la falta de sucesores o como hemos visto en nuestro país no lograr conciliar posiciones entre sucesores.

Muchas toman la decisión de vender cuando las descendencias se hacen muy grandes y le contaba al amigo Jesús del caso que conocía de un socio extranjero que frente al hecho de no tener hijos y si ochenta sobrinos, decidió vender todas sus empresas y repartir en partes iguales el fruto de su trabajo. Recuerdo siempre el día que me llamo para informarme de su decisión de vender su participación en nuestra empresa, que me dijo “Celso siento mucho dejarlos, pero más sentiría dejarles problemas”.

Una empresa familiar tiene que sufrir las mismas transformaciones que una empresa propiedad de accionistas o de un fondo de inversión. Necesita transformarse para competir en mercados abiertos y muchas veces como cualquier otra empresa enfrentar competencia desleal, mayores economías de escala y dificultades de servicios que no se presentar en países más organizados o con mayores accesos de materias primas.

Para todas las empresas la gobernabilidad es esencial y para las familiares es crítica.

La gobernabilidad debe llevar a institucionalización de la familia, una misma cultura, valores y estar muy claros de cuáles son los compromisos asumidos por la empresa frente a los miembros de la familia, los clientes suplidores y acreedores. Por igual es vital la organización de la propiedad, para todos tener claro cuáles son los pasivos y los activos de la familia.

Por último y no menos importante la creación de un Consejo donde participen miembros externos con capacidad de decisión muchas veces por encima del núcleo familiar.

Las decisiones como decía en su conferencia Jesús Izquierdo no pueden ser individuales, hay que buscar un cuadro de visión de futuro, alinear la estrategia, la conversación personal y alineamiento conceptual.

Los principios de éxito: roles claros de los accionistas, compensación por resultados, procurar no perder el talento no familiar, Consejo de Directores, planificación y estrategia. Tener siempre presente lo importante de hablar de deberes y no de derechos, que nunca el protocolo de una empresa sirve para otra empresa, copiar y pegar no es la solución, es crear un traje a la medida para cada empresa donde la regla primordial sea mantener la unidad familiar.

Al Banco Popular, a sus directores, las gracias por un desayuno rico en experiencias y al amigo Jesús Izquierdo por haberme dedicado este lunes un tiempo antes de salir de viajes y a mis hijos por haber estado presentes y ser parte del éxito de una futura transición generacional.

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