El 26 de enero se celebra el natalicio 208 del patricio Juan Pablo Duarte, y 62 de quien escribe, y de mi gemelo Rafael. Aprovecho estas líneas para dar gracias a Dios por permitirme un año más de vida, y por las cosas buenas que me ha dado junto a mi esposa Miriam Rodríguez. En una ocasión le expresé a mi madre que debí tener el nombre de él. Nací el mismo día del mentor de la dominicanidad, y la respuesta que me dio mi adorada e inolvidable progenitora fue que Rafael era por el generalísimo Trujillo por complacer al director del hospital, lo de Jeovanny no recuerdo.

Teniendo 12 añitos fallece mi abuelo materno Arturo Feliz a la edad de 102 años (exadministrador de Aduanas, oficial del Estado Civil, Juez de Paz e Instrucción) nace en el 1869 en Barahona, y Duarte muere en el 1876, tenía 7 años, era nieto del general Ángel Feliz (el Liberata) jefe del comando sur de la guerra de Restauración contra España.

Y según nos dice Cicerón “la historia es la madre de la vida”, y es por eso que se deben recuperar la memoria histórica, y el valor de los héroes que han sembrado hitos importantes. Es de ahí que cada país tiene un padre de la patria o un héroe por el que se identifica como sociedad y como pueblo, el nuestro es Juan Pablo Duarte. Desde niños nuestros maestros en las aulas nos lo han dicho, que Duarte es nuestro héroe, pero ya pasando a las universidades nos damos cuenta, que no solo es el mentor de la dominicanidad, sino que es la persona que hoy necesitamos en cada pueblo.

Como nos dice el abogado e historiador Euclides Gutiérrez Félix en su libro Héroes y Próceres Dominicanos, cito. “Juan Pablo Duarte al realizar esa intensa vida social le permitió percibir que existía un sentimiento patriótico que rechazaba la presencia de los haitianos en el país. Y que el mérito de Duarte como patriótica y político organizador estaba fundamentalmente, en que supo interpretar el momento histórico que vivía la sociedad dominicana de aquel entonces”.

Y el 16 de julio de 1838, después de haber realizado una discreta labor de proselitismo, fundó la sociedad secreta “La Trinitaria”. Que fue un partido político con claros objetivos estratégicos independentistas. La separación de Haití y la fundación de un Estado independiente con el nombre de República Dominicana. Donde Duarte fue el ideólogo, fundador, y propagador de la idea y el instrumento que tenía como función dar a conocer la misma. Pues tenía un claro concepto bien definido de la nación dominicana y de sus integrantes.

Los dominicanos debemos gratitud al principal padre de la patria, porque gracias a su incansable apostolado revolucionario, a sus principios éticos y morales a su vocación democrática, tenemos una identidad. Somos dominicanos gracias a él, a Juan Pablo Duarte.

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