“Nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación y hemos terminado presos del descrédito, de las etiquetas y la descalificación”.
Eso dijo el papa Francisco el 21 pasado en una misa en Macedonia del Norte. Dos días antes recomendó a corresponsales acreditados en Roma: “No seáis los altavoces (bocinas, tituló El Nuevo Diario) de quienes gritan más fuerte”.
A pocos como a nosotros le caen tan como anillo al dedo las advertencias de Francisco, porque bajo los 16 años de gobiernos del PLD hemos vivido bajo un régimen de propaganda, que manipula y distorsiona la realidad, impidiéndonos saber con claridad dónde es que estamos, y para dónde debemos ir.
Tanto nos quedan las alertas del Papa, que aquí el gobierno tiene una conocida estructura de altavoces (bocinas), comentaristas radiales y televisivos, y columnistas periodísticos dedicados a etiquetar y descalificar a desafectos.
Por suerte que frente a las manipulaciones y falsas noticias que “informa” y “comenta” cotidianamente la estructura desinformativa gubernamental, están los datos de la realidad que aportan terceros, especialmente profesionales e instituciones que imprimen a su labor un fin social, transparente , objetivo, patriótico.
Ante la última “información” del BC sobre un crecimiento ascendente al 5.7% del PIB, primer trimestre 2019, el respetado economista independiente Ernesto Selman ha dicho, -lo cito textualmente- que los datos “se brindan a partir de encuestas que se practican mensualmente en el Banco Central, y no en trabajos de campo como las que se realizan para brindar las cifras y estadísticas oficiales”.
El optimismo que nos vende el PLD es desmontado por el acreditado economista e investigador Pavel Isa Contreras: “el Banco Central de la República Dominicana es un banco quebrado, debido a que tiene una deuda enorme y no tiene con qué pagarla”, publicó Diario Libre el pasado 14 de mayo.
Un reciente informe técnico de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra documentó que las “Visitas Sorpresa” no cumplen los desempeños que el gobierno propaga, y EDUCA ha expresado insatisfacción con las pobres calificaciones que presenta el sistema educativo nacional, pese a que el país lleva 6 años financiándolo con el 4% del PIB.
En mi artículo anterior cité un vasto inventario de los ránquines en que a nivel regional y mundial nuestro país figura en los últimos lugares en seguridad ciudadana, institucionalidad, ética, sostenibilidad económica, desarrollo social, etc., según datos de acreditadas entidades internacionales.
Y como si tales datos no fueran suficientes para documentar el fracaso del agotado modelo de gobierno del PLD, está la evidencia de la falta de credibilidad en que han caído, citada no por la oposición sino por terceros equidistantes del partidismo, credibilidad tan vital para conducir al país a puerto seguro.
