El otro día veía una entrevista del colega Carlos Nina Gómez, a propósito de otro libro que pondrá en circulación, en donde busca inmortalizar a destacadas figuras del periodismo que, muchos de mi generación, no tuvimos el privilegio de conocer.

Pero allí habló de la calidad que debe primar en la carrera y de cómo, lamentablemente, se ha ido deteriorando la misma en el presente.

“Conozco periodistas que ni siquiera saben que hay tres tipos de acentos: el ortográfico, el prosódico y el diacrítico”, decía el maestro Nina, como solemos decirle quienes somos de su entorno profesional y coincidimos en abrazar un periodismo de calidad.

Quise compartir sobre esto, porque corroboro totalmente dicha afirmación que debe llamar la atención de los que formamos parte del mundo de la pluma, hoy teclado, por el avance tecnológico.

Ahora bien, para ir en la misma línea y completar un poco lo plasmado por el colega, recordemos que la acentuación es esa fuerza mayor que se le hace a determinada sílaba dentro de una palabra, diferenciándola así de las demás, por su duración un poco más larga, intensidad y tono.

La falta de práctica y el poco o nulo hábito de lectura, nos hace olvidar que en el idioma español existen, como decía el maestro Nina, tres clases de acentos: ortográfico o gráfico, prosódico y diacrítico.

1- El ortográfico, es el acento que predomina en el idioma español y es el que se les marca a las palabras de forma escrita por medio de la tilde. Para colocarlo de manera correcta, debemos conocer la clasificación de las palabras (agudas, graves o llanas, esdrújulas y sobreesdrújulas).

2- El prosódico, que no se marca, pero que lo poseen todas las palabras, con excepción de los monosílabos. Este recae en la sílaba que tenga mayor fuerza.

3- El diacrítico, uno de mis preferidos, es el que les marca a algunas palabras para diferenciarlas de otras que se escriben igual, pero que significan distinto. Tal es el caso de algunos monosílabos y de las palabras que se utilizan para interrogar y exclamar.

Es importante refrescar las normas del universo gramatical, porque ciertamente lo que no se practica se olvida o se recuerda de manera superficial… por eso es bueno reforzar.

El periodismo nos exige crear un fuerte y sólido hábito de la lectura, porque esto nos ayuda no solo a enriquecer nuestro vocabulario, sino a recordar la importancia de escribir bien.

¡Gracias por leerme!

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