La “partidocracia” dominicana ha perdido la gracia que alguna vez tuvo: Sus partidos ya no tienen, como antaño, grandes líderes carismáticos, sino “dirigentes” sin ningún carisma; ya no acogen la diversidad ideológica, ni hay debates internos y externos, ni tienen sectores sociales organizados, ni presencia en todo el país, carecen de planes de gobierno y ninguno define una estrategia de lucha por el poder. Los partidos de hoy ya no sostienen relaciones internacionales y ni siquiera acogen las grandes demandas sociales… (En fin, la “partidocracia” ya no tiene partidos, sino vulgares agencias electorales).