Cuando Humberto Salazar, antes reformista y hoy dirigente del PLD, dice que la alianza electoral entre su partido y Fuerza del Pueblo va “por amor o dolor” está haciendo un verdadero ejercicio de franqueza, algo muy propio en él, aunque no muy usual en la política dominicana. Salazar habla por muchos morados y verdes que saben que ese acuerdo electoral no es importante, sino obligatorio. Por lo menos eso es lo que dice el librito.

Para las municipales, sí o sí

En algunas competencias, se dice que la mitad del pleito es “el allante”. En política, no es tanto así, pero la percepción es un factor clave. Al ser así, el oficialismo tiene casi ganadas las elecciones municipales de febrero. Desde el PRM se habla de “barrida” y en la oposición, los más realistas reconocen esa posibilidad y advierten que solo una alianza entre los principales partidos podría evitarlo.

Ensayos de alianza

El PLD, Fuerza del Pueblo y otros partidos como el PRD han estado cerca en varios episodios durante los últimos meses, lo que allana el camino para una alianza electoral. Las denuncias de “compras” de alcaldes y, más recientemente, la resolución 13-23 de la Junta Central Electoral, han sido motivos de acuerdos no escritos entre esos partidos para luchar de manera conjunta. Ya antes se habían unido ante los intentos de reforma constitucional impulsados por el Gobierno. El enemigo común los ha unido varias veces, lo que hace más factible que lleguen a algún acuerdo para febrero y mayo del 24.

Perspectivas

El análisis simplista, ese que se basa en que en política, dos más dos son cuatro, puede llevar a la conclusión de que la unión entre PLD, FP, PRD y otros partidos, puede derrotar al oficialismo e impedir la reelección de Luis Abinader. Realmente, la alianza los haría más competitivos pero no les garantiza la victoria, además de que ese acuerdo sería una medicina que aún no se han tomado y ya ha provocado algunos efectos secundarios.

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