Es casi seguro que la competencia en mayo del 2024 se dará entre un presidente en ejercicio, uno que ha ocupado el puesto tres veces y otro que aspira por primera vez a un cargo nacional. La paradoja es que, para Luis Abinader, actual mandatario, sería su último chance, porque la Constitución solo le permite aspirar a una reelección, mientras Leonel Fernández, el dominicano vivo que más ha ocupado la presidencia, está habilitado para ser candidato presidencial, incluso en el 2028, gane o pierda en el 24.

Abinader y la reelección

De Abinader se dice que tiene el reto de romper el “fucú” que han tenido los presidentes del PRD, ninguno de los cuales ha sido reelecto, por motivos diferentes. Lo cierto es que el PRD no es el PRM, aunque el segundo salió del primero, y es uno de los pocos casos en el que el partido producto de la división se convierte, desde el nacimiento, en una fuerza más grande que el partido original. Una de las diferencias entre el partido blanco y la nueva organización, es que en esta última la reelección no es un problema, ya que ni hay rechazo “por principios” ni está prohibida estatutariamente, lo que abre las puertas para que, a partir de ahora, el que llegue a la Presidencia por esa entidad comience a pensar, desde el principio, en dos periodos, y no en uno solo.

Más allá del 24

En cuanto a su futuro después del 24, independientemente de que gane o pierda las elecciones, Abinader seguirá siendo uno de los principales líderes del PRM, no solo porque es uno de sus fundadores y porque ya haber ocupado la presidencia le da otra dimensión, sino también porque es un partido que no está basado en el liderazgo unipersonal, sino en líderes y figuras. Sea como presidente reelecto, o como excandidato, le tocará asumir un rol de árbitro en la selección de quien será su relevo. Hay muchos en la fila, pero por ahora se ve a David Collado sobresaliendo, por mucho, ante los demás.

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