En la consulta del pasado domingo, el PLD necesitaba una victoria de uno de sus aspirantes presidenciales por nocaut y lo consiguió. En este momento, ese es el escenario más conveniente para los peledeístas, y las razones son obvias.

La victoria holgada tenía un doble impacto. Disminuía la posibilidad de cuestionamientos de quienes no resultaran ganadores, y otorgaba al triunfador un alto nivel de legitimidad.

Esto último es importante, tomando en cuenta que el ganador del proceso, en este caso el alcalde de Santiago, Abel Martínez, tendría que medirse en las elecciones con un presidente en ejercicio y un político que ha ocupado en tres ocasiones la presidencia de la República.

Con su triunfo en la consulta, Martínez, que quizás aún puede catalogarse como un “triple A”, sale con buenos números para enfrentar a dos “grandes ligas” como Luis Abinader y Leonel Fernández.

Amplias victorias

No todos los que han ganado ampliamente la candidatura han llegado a la Presidencia, pero todo el que ha llegado al cargo, ha obtenido antes un contundente triunfo en su partido.

Al menos así ha ocurrido en los últimos años. Luis Abinader, el actual presidente, ganó con un 70 por ciento de los votos las primarias del PRM del 2019.

Danilo Medina obtuvo la candidatura del PLD en el 2011 con casi el 88 por ciento de los sufragios, y para las elecciones del 2016, su triunfo era tan claro, que nadie lo desafió. Leonel Fernández también ha ganado la candidatura presidencial con un amplio margen en las tres ocasiones en que luego ganó las elecciones.

Para los comicios de 1996, obtuvo un 93 por ciento de los sufragios, y en los procesos internos del partido morado antes de las elecciones del 2004 y 2008, logró 87 y 71 por ciento, respectivamente.

Hipólito Mejía, antes de ganar las elecciones del 2000 se alzó con la nominación presidencial al conseguir el apoyo del 74 por ciento de los perredeístas.

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