La Asociación Dominicana de Profesores (ADP), gremio de maestros, “enseñó” como profesores al fin y al cabo, lecciones lamentablemente negativas en su reciente jornada eleccionaria. Aprendimos que es un sindicato de esencia más política que gremial, práctica muy común en la simbiosis gremios-partidos de la fauna política nacional. Dan clases de como cambiar muy poco los componentes de su Comité Ejecutivo, con un particular desplazamiento entre posiciones, ocupado por unos pocos. Dieron lecciones del poco compromiso que existe con los alumnos, que dan razón de ser a su agrupación, celebrando el proceso eleccionario un miércoles y perturbando la docencia los días posteriores, en un “júbilo magisterial”, para “celebrar”. Esto no concuerda con la pérdida brutal de tiempo en épocas de pandemia y el descomunal retraso académico a que ha sido forzada la mayor parte de la juventud estudiantil dominicana. Desesperanza viene aparejada con el seguro deterioro acrecentado de la pobre calidad de la educación nacional que exhibe niveles vergonzantes, a pesar de que la ciudadanía consciente sabe que la recuperación del país en sus rutas de paz y desarrollo, dependen en gran medida de la educación. Es casi imposible generar métodos oficiales que puedan hacer recuperar lo perdido en lo que a enseñanzas se refiere y quedan vacíos en el estudiantado, que le pasarán factura más temprano que tarde. Habíamos advertido que no solo eran recursos económicos lo que se necesita para catapultar el sistema educativo. El 4% del PIB significa enormes sumas de dinero y grandes desvíos presupuestarios en áreas esenciales, con cuestionable calidad en el gasto y resultados muy poco alentadores. En lo político, el partido de gobierno ha recibido enseñanzas prácticas que destacan debilidades y contradicciones internas y más aún cuando el Ministro de Educación fue gran estratega y figura de capital importancia, en las elecciones congresionales y las presidenciales del 2020 y el cual sentirá en su gestión, presiones que van más a desacreditar la labor de gobierno, que a producir beneficios gremiales para los miembros de la ADP. Los reclamos ahora tienen cifras en dólares… y encontrarán mil motivos para protestas y huelgas, contra una administración de escaso brillo. El líder gremial y dirigente político, seguro ganador, ha concitado un apoyo mayoritario de los cerca de 110,000 miembros que constituyen el gremio de maestros, como regalo de cumpleaños porque coinciden su cumpleaños y el día en que se realizaron las elecciones. La ADP maneja un presupuesto de cerca de RD$400 millones anualmente. Los que hemos proclamado como urgente y vital, la necesidad de la despolitización de la educación dominicana pronosticamos escarceos más frecuentes entre la ADP y el Ministerio de Educación, con la muchachada estudiantil como carne de cañón, mientras se acentúan las marcadas diferencias entre la educación pública y la privada.

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