En los últimos años se ha apreciado un aumento considerable en el uso de las redes sociales en el campo de la diplomacia, política y relaciones internacionales, mejorando así la comunicación. Lo que evidencia el empoderamiento de la sociedad civil, gracias a los avances producidos en las tecnologías de la información. El 22 de febrero de 2014, a la 20:42 (hora de México DF), Enrique Peña Nieto, ex presidente de los Estados Unidos Mexicanos, comunicó desde su perfil en Twitter la captura de uno de los criminales más buscados del mundo, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Unos minutos más tarde y de forma frenética, los medios de comunicación más influyentes a lo largo y ancho del planeta se hicieron eco de la noticia, destacando también la forma en la que el Jefe del Estado de ese país había decidido utilizar para dar a conocer una información tan relevante. Incluso nuestro presidente Luis Abinader recientemente le pidió vía Twitter a su homologo Joe Biden de Estados Unidos que no demore el acceso nuestro a la vacuna.

Así ocurren las cosas hoy día. Para mantener una relación directa con la sociedad en la que se convive, los ciudadanos nos damos cita con ellos para convivir, los influyentes aprovechan ese espacio a la hora de trasladar los mensajes. Y cualquier persona interesada en crear lazos de amistad con las elites de un país debe considerar las oportunidades que ofrece Internet.

Desde la perspectiva diplomática, la tecnología ha llegado para poner al alcance de sus profesionales un abanico de soluciones que hace tres décadas estaban en los sueños de las cancillerías más avanzadas. En termino generales, para las embajadas como sistema.

Entre los diplomáticos, el tiempo del propio embajador es el que requiere de una nueva forma de organizar las prioridades de actuación, la gestión de la reputación en internet depende más de las repuestas antes las preguntas de los interlocutores, que de los contenidos difundidos directamente o de las opiniones vertidas por terceros. Cada tuit, post o like construyen o destruyen. Por lo tanto el peligro está en que, al ser primerizo en el uso de las redes sociales en la diplomacia, se debe tener en cuenta lo que se comunica.

Por eso se debe conocer y considerar la cultura del país donde se encuentran y saber que, cualquier cosa que digan en una red social, se la están diciendo al mundo entero. A pesar de que el uso de las redes sociales en temas de diplomacia, política y relaciones internacionales posee un carácter más bien positivo.
Para terminar las redes forman parte de la realidad comunicativa de la sociedad internacional, y sin duda alguna, se han convertido en el campo de batalla del siglo XXI.

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