En una entrega anterior anotábamos que desde antes de que el coronavirus sacudiera todas las estructuras sociales y económicas del sistema multilateral, ya se hablaba de una crisis del mismo. Y el primero en decirlo fue el presidente de Francia Emmanuel Macron, el cual decía en noviembre 2019 cito: “existe una crisis sin precedentes por la que atraviesa el sistema multilateral y el avance de lo nacional y de la no cooperación como germen futuro de conflicto”.

Y es que en cada nueva crisis, la frontera entre la política internacional y la doméstica se va perfilando progresivamente. La crisis de la COVID-19 es un ejemplo reciente. La consecuencia natural de esta tendencia es la creciente politización de los temas internacionales. Y a mayor grado de politización de esa agenda internacional más probalidades de que dinámicas de polarización interna afecten la capacidad de proyección exterior de un país.

Ahora con el nuevo inquilino de la Casa Blanca a su llegada el pasado 20 de enero la presidencia de Estados Unidos y su política exterior ya iniciaron el cambio. Pues el anterior inquilino optó por alejarse de toda cooperación internacional tanto en materia económica como política.

Retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, desfinanció a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en plena pandemia, restó importancia a la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE), y se fue en contra de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pero con la llegada de los nuevos inquilinos a la Casa Blanca Joe Biden y Kamala Harris, Ya se han revertido varias medidas y se está retornado al multilateralismo.

Pues dentro de la plataforma política de Biden está la implementación de políticas públicas que promueven una economía verde, por lo que entre sus primeras medidas ejecutivas han sido, el regreso al Acuerdo de Paris, y su retorno a la OMS.

La trayectoria política del presidente Joe Biden ha estado ligada a las relaciones internacionales, siendo senador ocupó el cargo del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y cuando era vicepresidente (2008-2016) fue el servidor principal de Obama en la agenda de política internacional.

Y ha dado señales claras de su estrategia en política exterior, la cual se enfocará en dos ejes fundamentales: retornar al país al tablero de juego junto a sus socios tradicionales, y retomar la ruta establecida por Barack Obama de apostar ampliamente por el multilateralismo sin renunciar a sus intereses puntuales.

Para terminar Joe Biden quiere unir a los norteamericanos a partir de una política de Estado que supere las ideologías y el radicalismo, más allá de los demócratas y los republicanos, sus acciones son de orientar a la unidad nacional, la reconciliación, la paz, y el esfuerzo compartido.

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