Un año después del reconocimiento oficial de la presencia del SARS-COV-2 en el país, con más de 239,998 casos y más de 3,106 muertes, iniciamos la campaña de vacunación, después de la fase inicial de inoculación del llamado personal de primera línea de combate, en paralelo con los profesores.
Ha sido un año duro, de dolorosas pérdidas humanas, de distanciamientos y lejanías, a contracorriente con la natural vocación humana, y de deterioro, quiebre y daños a los diferentes sectores económicos. Pese a todo ello, el país debe continuar. La campaña de vacunación, si bien no es un bálsamo colectivo de efecto inmediato, constituye un estímulo a la esperanza y a las oportunidades de vivir y avanzar como aspiramos todos.

El gobierno nacional, como en la mayoría de los países, ha debido aprender para manejarse de la mejor manera con un fenómeno desconocido, y en el proceso ha ido dando respuestas en los términos posibles.

La campaña de vacunación arranca con pasos que parecen firmes, con un sólido apoyo de suministro de China Popular, cuando avanzábamos por caminos inciertos por los incumplimientos de los proveedores occidentales de los países ricos y más desarrollados, que han pensado en ellos primero, y solamente ellos.

El plan para la población general está en desarrollo y recibe la mejor acogida entre las personas de más de 70 años. La gente empezó a acudir a los centros de vacunación con la voluntad de sobrevivir al coronavirus.

600 establecimientos serán abiertos a partir de hoy. Superada esta fase, continuará según la programación anunciada. El propósito es vacunar a 7.8 millones de personas en los próximos meses.

El país ha recibido 818 mil dosis y se espera que en las próximas semanas lleguen 2 millones de vacunas Sinovac, provenientes de China.

Es un volumen que dará tiempo para recibir las otras vacunas comprometidas con AstraZeneca y Pfizer, pero cuando lleguen, los avances serán notorios.

Si nos comparamos con lo que ocurre en otros países, vamos bien. Pero es importante que las autoridades insistan en fortalecer los mecanismos de información precisa, y lógicamente, clara.

Es clave que las personas sepan a dónde ir, y que los centros de vacunación puedan ser accesibles para todos, sin tumultos.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas