Instituido por la Organización de las Naciones Unidas, todos los años se celebra el 28 de enero el Día Mundial de la Reducción de las Emisiones de CO2 o Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Global, una fecha establecida para crear conciencia del cambio climático y los desastrosos efectos que tiene sobre el planeta, la vida y los seres humanos.
La fecha pretende, a partir de la concienciación, impulsar el desarrollo y aplicación de políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero mediante inversiones en el desarrollo de fuentes de energía renovables, búsqueda de combustibles más limpios, mejoras en la eficiencia de los procesos de combustión y modificar las tendencias de consumo a través de la educación ambiental.
El calentamiento global es el aumento permanente e irreversible de la temperatura superficial de la Tierra, que a su vez genera un aumento del nivel del mar debido a que se derriten los glaciares y el hielo marino. Ese aumento del nivel del mar provoca inundaciones en las áreas costeras.
Son precisamente las actividades humanas, cuyo interés es siempre el lucro desmedido, las que han llevado al planeta a esta situación. Enormes extensiones de bosques arrasadas para ser convertidas en sembradíos generan veranos insoportablemente cálidos, con temperaturas que superan los cincuenta grados, como también inviernos demasiado fríos que terminan por convertir a los bosques en páramos.
Las consecuencias del uso cada vez más intensivo de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) pasan a la humanidad una factura cada vez más costosa en pérdidas de calidad de vida, en la desertización de enormes áreas protegidas y hasta en muertes prematuras mientras los llamados al rescate del medio ambiente son ignorados en un mundo que privilegia las ganancias monetarias.
La celebración del Día Mundial de la Reducción de las Emisiones de CO2 debe mover a las organizaciones, a las personas preocupadas por el futuro de la humanidad y a todo el mundo, a exigir que se prioricen las energías renovables para que la tierra no termine convertida en un cascarón.
