La resolución 28-2021 del Pleno de la Junta Central Electoral (JCE) que regula el período previo al inicio de la precampaña, aclara mejor las reglas y es más equilibrada que un comunicado anterior en el que amenazaba con sanciones drásticas.
Ahora, contrario a las prohibiciones casi absolutas a las actividades proselitistas, es más flexible y se relativizan las medidas.

Hasta tanto comience oficialmente el período de precampaña fijado para el domingo 2 de julio de 2023, se permitirán actividades para que los aspirantes expongan sus intenciones pero circunscritas a lo interno de los locales partidarios y en recintos cerrados y áreas restringidas.

Eso nos parece razonable y sintoniza con nuestro editorial al momento del comunicado, en el que planteamos que la JCE era muy categórica en menoscabo del derecho que tienen las organizaciones políticas de realizar actividades internas habituales que les son propias, según sus estatutos.

Esa vez vimos que lo más conveniente era contemporizar y al parecer se ha logrado, aunque todavía mantenemos algunos reparos con esta resolución.

Sucede que existen otros derechos que tampoco se pueden menoscabar, como el del libre tránsito, el de asociación y de reunión, que tienen rango constitucional, a los que la JCE no puede interponer las leyes de Partidos y del Régimen Electoral.

También miramos con reservas la posibilidad que tendrá la JCE de controlar con efectividad las actividades de los partidos, incluida una parte engorrosa de su resolución: los actos públicos realizados por entidades estatales, con un determinado y silente aspirante de por medio.

Decimos engorrosa porque los proyectos políticos del litoral gubernamental se están aupando de manera solapada, y no solamente alrededor de la figura presidencial.

En cuanto a que procederá contra los que realicen en la vía pública marchas y mítines, publicidad o propaganda a través de los medios de comunicación, difusión de encuestas o sondeos y un largo rosario de actividades de los períodos propiamente electorales, convenimos en eso con la JCE.

Solo resta pedirles a los aspirantes tempraneros que procedan con prudencia, que controlen sus ímpetus y emociones, porque falta un largo trecho para febrero y mayo de 2024.

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