La realidad del dengue

Los reportes de casos febriles por dengue y el incremento de los mismos en las emergencias o consultas en clínicas y hospitales son motivos de preocupación ..

Los reportes de casos febriles por dengue y el incremento de los mismos en las emergencias o consultas en clínicas y hospitales son motivos de preocupación, especialmente por la más reciente y reiterada actitud de las autoridades de manejar las informaciones sobre la enfermedad de manera restrictiva.

Hasta ahora, los medios de comunicación y la ciudadanía tienen que conformarse con la información del 13 de julio, según la cual, para entonces ya habían registrado 4,907 casos de dengue, incluidos ocho fallecimientos confirmados por el Comité de Auditoría Clínica del Ministerio de Salud.

Las víctimas fatales son niños y niñas, con edades entre 7 meses y 6 años, según boletín epidemiológico publicado el viernes pasado por la Dirección General de Epidemiología (Digepi).

Pero ayer, el ex presidente del Colegio Médico Dominicano y pediatra del hospital infantil Robert Reid Cabral, Waldo Ariel Suero, dio seguridades de que en ese centro murieron dos niños, que según él elevarían los fallecidos a a una cifra mayor, de al menos dos dígitos.

Las autoridades pueden estar conformes con las informaciones rezagadas que divulgan, por motivos que sólo ellas entienden. Podrían ser políticas o convenientes a lo que llaman la “buena imagen” del país, que en las últimas semanas fue a atacada desde el exterior como destino turístico.

Podría ser comprensible, pero es un problema de salud pública, ya convertido en epidemia, que no es nuevo en el país, y mucho menos único, toda vez que azota en todas las zonas tropicales del mundo.

Se sabe también que mientras no haya medios de control biológico sobre el mosquito transmisor, o vacunas, la manera más eficiente de encarar el mal es mediante la educación ciudadana y con la adopción de medidas sistemáticas. Ambas pueden ser ejecutadas, pero no lo hacen con sentido de oportunidad, pese a que sabemos que tendremos dengue activado desde el inicio de la temporada ciclónica.

Entonces, nada positivo se construye ocultando la realidad. Es una manera de coartar el derecho de la población a estar debidamente enterada y una limitación al ejercicio de la libertad de información.

Salud Pública debe dejarse de mojiganga e informar la verdad sobre el dengue.

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