En ocasión de las detenciones por cargos de corrupción, este diario comentó en su editorial del 1ro. de diciembre que “la pregunta obligada es, viendo la dimensión de los hechos: ¿hasta dónde llegarán las autoridades?”

Y sostuvimos que “las detenciones también podrían ser suficientemente sugerentes. Quienes están a cargo de la actual Administración deben medir sus pasos. Hacer realidad la palabra transparencia y apartarse de todo lo que sea uso indebido de los bienes públicos”.

Decíamos además: “Estas persecuciones contra supuestos ilícitos van más allá del momento. La ciudadanía está atenta. Cualquier acto que dé lugar a un procedimiento persecutorio entraña un nivel de descrédito público. En consecuencia, no solo se corre el riesgo de la sanción penal”.

Y concluíamos: “Hay que andar por la regla. Si existe una voluntad y un empoderamiento de la representación de la sociedad, significa que mañana esa determinación deberá establecerse con más rigor y mayor firmeza. Asumimos que estamos solo en el principio de un nuevo ciclo en la vida pública dominicana. Deseamos creer que es así”.

El mensaje del presidente Luis Abinader ayer a sus ministros y demás funcionarios nos indica el grado de comprensión que tiene sobre el curso de los acontecimientos. Ha reiterado que “el Ministerio Público tiene total libertad para investigar y someter a la justicia cualquier expediente que involucre cualquier acción contra el patrimonio de los dominicanos”. Y pide no generar un circo de la persecución, ni un espectáculo de la infamia arrastrándonos todos por el barro, porque la justicia no es venganza. Y no podemos, por la responsabilidad de los cargos que ostentamos, dividir al país, ni polarizarlo”.

El presidente Abinader deja claro “que el dinero público será objeto de la máxima protección y nadie podrá malgastar ni un solo peso sin consecuencias”.

Y advierte que “la lupa ya estaba puesta sobre nosotros. Y ahora lo estará aún más. Sobre todos los que estamos aquí. Por eso les reitero mi petición de total y absoluta honestidad y honradez”.

“Este gobierno ha renunciado al poder que tuvieron los anteriores sobre el control del Ministerio Público. A quien cometa un acto ilícito nadie le protegerá. Sea quien sea. Yo di mi palabra, y así será”.

Entramos a un nuevo ciclo.

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